Era conocida para el mundo como Raffaella Carrà pero sus allegados la recuerdan como la Pelloni, su apellido real. Una era extravagante y la otra sencilla, pero ambas eran ambiciosas, como se puede ver en un documental que Disney+ ha estrenado esta semana.
Desde sus inicios como bailarina a su éxito, los tres episodios del documental Raffaella trazan un retrato de una mujer tan simpática y enérgica como aparentaba pero que encerraba una gran inseguridad.
¿Quién era realmente Raffaella? Esa es la pregunta que plantea el primer capítulo de la serie y a la que trata de responder con el testimonio de muchas personas que la conocieron de cerca. Como su sobrino Matteo, su asistente (Lidia Turchi), el cantante Tiziano Ferro (que se emociona hasta las lágrimas al hablar de la artista), la actriz Loles León (colaboradora de Carrà en dos programas), el productor musical José Luis Gil o Barbara Boncompagni, hija del que fuera su primera pareja conocida, el productor y presentador televisivo Gianni Boncompagni.
Testimonios y fotos de archivo
Entrevistas de archivo de Carrà, testimonios de sus amigos y familiares, fotografías de su infancia e imágenes de sus actuaciones se mezclan en un relato que ofrece bastantes curiosidades sobre la figura de una cantante que revolucionó primero Italia, luego España y después el mundo entero, con una relación especial con Latinoamérica.
Lo hizo con canciones como Fiesta, Luca o A far l’amore comincia tu (En el amor todo es empezar), una forma de bailar eléctrica y un estilo divertido y sensual poco habitual a comienzos de los 70 en Europa, que fue lo que cautivó al público, como cuenta la serie de Daniele Luchetti.
Los tres capítulos narran desde su primer intento de triunfar como bailarina, su breve contrato en Hollywood o su faceta como presentadora y entrevistadora de personajes como Henry Kissinger o la madre Teresa de Calcuta. Y de su faceta más personal, habla de su deseo incumplido de ser madre, el amor que sentía por sus sobrinos, la nula relación con su padre (al que pagó sus gastos médicos en sus últimos años pero a quien nunca quiso ver) o la necesidad de protección que buscó en Boncompagni y en el bailarín Sergio Japino, sus parejas más conocidas.
Carrà se convirtió en un mito en Italia, sus programas batían récords de audiencia y cuando comenzó a lanzar discos, fueron superventas, especialmente desde que cantó Tuca tuca con Alberto Sordi en 1971.
En los momentos difíciles, como cuando dejó la RAI y la audiencia no la respaldó, aparecía la Pelloni y sacaba a Carrà de dónde estuviera.
Pero si algo queda claro es que a Raffaella Maria Roberta Pelloni no la conoció nadie en profundidad. Ocultó a todos la enfermedad que acabó con su vida en 2021, y como señala su amigo Rosario Fiorello: “Nos hizo dudar de si la conocíamos tanto como creíamos”.