Jon Rahm vuelve a Madrid para su cita con el Open de España y con la historia. El golfista de Barrika, ganador del torneo en 2018 y 2019, persigue desde hoy una nueva oportunidad de igualar en el palmarés a Seve Ballesteros. “He tenido un año en el que no he ganado tanto, pero vengo sin presión y en buen momento”, asegura Rahm, cuyo última actuación en un campo fueron los 62 golpes de la jornada final en Wentworth que le dejaron a un golpe de las victoria. “Poder igualar a mi ídolo tan pronto sería increíble. Aquí me siento muy cómodo y siento un apoyo increíble de la afición”, añade en su novena aparición este año en torneos valederos para el circuito europeo.
El año pasado Rahm llegó como número 1 del mundo y en plena cresta de la ola y cedió en un fin de semana discreto para acabar el decimoséptimo en el Club de Campo y dar el testigo como ganador a Rafa Cabrera Bello, que se impuso en el play off a Adri Arnaus. Precisamente, el catalán, buen amigo, compartirá partido con el barrikoztarra los dos primeros días junto al australiano Min Woo Lee, arrancando hoy a las nueve y media de la mañana. El triunfo en el torneo podría devolver a Rahm al Top 5 mundial ya que sus opciones de llevarse el DP World Tour están descartadas ya que no puede alcanzar a Rory McIlroy porque, evidentemente, Rahm no va a jugar todos los torneos para acumular los puntos que necesita.
Quizás por ello tras este torneo el jugador vizcaíno regresará a Estados Unidos para disputar por primera vez The CJ Cup del 20 al 23 de octubre en Carolina del Sur y abrir así su temporada 22-23 del PGA Tour. Tras jugar en Dubai, Jon Rahm volverá en la primera semana de diciembre al Hero World Challenge, el torneo que organiza Tiger Woods en Bahamas. Si ya el año pasado jugó en Madrid con la reserva de energía baja, los cambios habidos por la aparición del LIV Golf obligan a cuidar y planificar muy bien los calendarios, más en un año de Ryder Cup, y a ello se ha referido también Rahm, sabedor del esfuerzo que supone compaginar los dos circuitos a ambos lados del Atlántico y la obligación de jugar veinte torneos en ocho meses en el PGA Tour. En su blog de la Federación Vasca, deja clara su fidelidad al estatus actual “ya que se van a producir cambios en ese sentido”.
Hace unos días, una cuenta de twitter ligada al LIV Golf insinuó que Rahm iba a unirse al proyecto saudí, algo que el interesado negó de forma inmediata con ironía y que ahora vuelve a hacer de forma más contundente. “No he recibido ninguna oferta del LIV porque no quiero nublar mi mente con números. Yo no juego por dinero, si lo hiciera no estaría en Madrid”, asegura el de Barrika, que reitera que “el producto que tiene el LIV a mí no me atrae, no me merece la pena”. Porque Jon Rahm sigue pensando en la historia del golf y en dejar huella en los majors, que, añadido a la situación del ranking mundial, sigue siendo el motivo principal de discusión desde que surgió el LIV Golf: “Muchos se han ido a LIV pensando que el tema de los grandes se iba a arreglar, pero no sabemos qué va a pasar. Puede que hayan firmado su sentencia de muerte y que no vayan a jugar más un grande en su vida”.
Las posiciones siguen encontradas y este Open de España es otro ejemplo. David Puig, que acaba de pasar a profesionales desde Arizona State, la misma universidad que Rahm, iba a recibir una invitación para el torneo por parte de la Federación Española, pero el Circuito Europeo se la ha denegado porque el joven catalán se va a unir al LIV Golf.