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Polideportivo

Rascar aquí, rascar allá

Filippo Ganna, durante la contrarreloj de la Tirreno-Adriático, seguido por un coche colmado de bicicletas.
Filippo Ganna, durante la contrarreloj de la Tirreno-Adriático, seguido por un coche colmado de bicicletas.

la igualdad que impera en el ciclismo obliga a los equipos a pulir detalles tecnológicos que marquen la diferencia

El pasado 7 de marzo, Filippo Ganna se adjudicó la contrarreloj inicial de la Tirreno-Adriático, seguido por un coche del Ineos cuya baca lucía colmada de bicicletas. Con una de repuesto bastaba y sobraba, pero en el equipo británico apostaron por generar tras el ciclista italiano una especie de pantalla que, según las leyes de la física, podía ayudar a su corredor. Doce días después, Matej Mohoric ganó la Milán-San Remo utilizando la ya famosa tija telescópica, un mecanismo con el que podía modificar la altura del sillín y beneficiarse de ello en el decisivo descenso del Poggio. El ciclismo de hoy en día está tan igualado que la batalla logística y tecnológica entre escuadras cobra cada vez mayor importancia, porque cualquier pequeño detalle puede determinar el resultado final de una carrera. Ha quedado claro en el arranque de la temporada. Y así va a seguir sucediendo, comenzando por la París-Roubaix de este próximo domingo.

PRESIÓN DE NEUMÁTICOS El DSM utilizará una herramienta que parece hecha a medida de la prueba gala. Se trata de un dispositivo según el cual el ciclista hincha y deshincha sus ruedas sobre la marcha con unos botones agregados al manillar, adaptándose a las circunstancias de carrera. Los corredores de la escuadra neerlandesa podrán rodar sobre el asfalto sin verse mermados por las presiones bajas que exige el pavé, para luego competir en los tramos decisivos en igualdad de condiciones con el resto. Cabe recordar que la jerga del pelotón se refiere a las bicicletas de la Roubaix como a "tractores": están preparadas para ser efectivas sobre los pedruscos, así que moverlas en carreteras convencionales, con neumáticos poco inflados, cuesta un mundo. Parecen más pesadas. Pero algunos ya no tendrán este problema.

PIÑONES DE DOCE VELOCIDADES La liebre del DSM saltó a comienzos de la presente semana, por lo que no podemos descartar que otros equipos hayan apurado para utilizar igualmente el sistema, tasado en unos 3.000 euros por montura. Al fin y al cabo, el efecto imitación funciona en el mundillo, en detrimento si hace falta de la seguridad a nivel mecánico. Otro de los inventos recientes implica la incorporación a los piñones de una duodécima corona, frente a las once habituales. Integrar la nueva estructura en una bicicleta, sin embargo, no es tan sencillo como pueda parecer: exige juegos de platos y bielas especiales que solo el Groupama FDJ está pudiendo instalar. Otras escuadras, mientras, combinan el moderno casette de doce coronas con elementos más arcaicos. Y esto se está traduciendo, al parecer, en numerosos saltos de cadena durante las carreras. El más relevante hasta la fecha fue el de Kasper Asgreen en Flandes, subiendo el Koppenberg. Le penalizó de forma decisiva.

FRENOS DE DISCO Es muy posible que, en el ciclismo del futuro, todos los corredores de un pelotón puedan añadir o quitar presión a las ruedas sin bajarse de sus bicicletas, equipadas siempre con piñones de doce coronas (o más). Y es que las novedades suelen llegar para quedarse, como ha sucedido con los frenos de disco. Una vez que el Ineos ha abandonado las zapatas, todas las escuadras funcionan ya con sistemas idénticos. Pero, incluso así, los propios frenos siguen dando pie a la táctica mecánica. Para rematar estas líneas, regresamos a su punto de partida, la última Tirreno-Adriático, y subrayamos que Tadej Pogacar ganó la etapa de Carpegna prescindiendo de los discos y recurriendo a lo clásico. Marcó la diferencia cuesta arriba. Pero incluso él, el mejor del mundo, quiso cuidar los detalles y pensó también en el descenso final. Significativo.

Ciclismo en África: Eritrea no es casualidad

El eritreo Biniam Girmay (Intermarché Wanty) ganó hace tres semanas la Gante-Wevelgem, logrando un triunfo de tintes simbólicos. Fue el primer gran éxito de un corredor de raza negra en el ciclismo mundial, hito tras el que parece encontrarse un importante trabajo de base en el país en cuestión. El miércoles, un grupo reducido se jugó el triunfo en la etapa montañosa de la Vuelta a Turquía, figurando ahí el sorprendente Dawit Yemane, sexto en meta. Es el actual campeón de Eritrea y milita en el modesto Bike Aid, un equipo de la tercera categoría. En el World Tour, mientras, conviven con Girmay sus compatriotas Merhawi Kudus (Astana) y Amanuel Ghebreigzabhier (Trek), sin tanto nivel actual pero tampoco cojos precisamente. Algo se estará haciendo bien en la nación africana más txirrindulari.

Corredores en paro

LA SELECCIÓN ITALIANA, UNA AUTÉNTICA BENDICIÓN Ya comentamos en este mismo espacio, hace unas semanas, la situación del equipo ruso Gazprom, suspendido por la UCI con motivo del conflicto en Ucrania. Tras una infructuosa búsqueda de nuevos patrocinadores, sus ciclistas han quedado en el paro, una auténtica faena que se ve atenuada en el caso de los italianos afectados. El Gazprom tenía en nómina a varios corredores transalpinos que al menos están pudiendo competir en pruebas del calendario local con la selección azzurra. Esta, una habitual en carreras como Coppi e Bartali o el Trofeo Laigueglia (por poner solo dos ejemplos), encumbró el martes en el Giro de Sicilia a Matteo Malucelli. El velocista ganó el 10 de febrero una etapa del Tour de Antalya, aún con el Gazprom, y repitió victoria hace tres días, con la escuadra nacional. Tiene mucho mercado.

2022-04-16T07:16:02+02:00
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