Con el psicólogo especialista en relaciones de pareja Raúl López Lastra hemos tratado en Onda Vasca el aumento de separaciones y divorcios que se producen tras finalizar las vacaciones de verano, especialmente en septiembre, cuando hay un 40% más de separaciones que en otros meses, sobre todo en parejas con hijos. A juicio de López, "el verano crea relaciones incipientes y destruye las longevas".
"Pasar demasiado tiempo hace que no podamos seguir el concepto idealizado de nuestra pareja. En el principio aparece la idealización, y en la ruptura la demonización, tirar a nuestra pareja al cero", ha añadido.
Para López, con el paso del tiempo "desaparece la energía del principio del enamoramiento, pero eso no es malo, sino que da lugar a un tipo de amor más sano basado en la confianza, la escucha, la ayuda al otro, que aparece en torno a los dos años, y que consiste en crear una amistad de verdad con el otro".
"Al principio de la relación somos adictos de la intensidad, algo que el cuerpo no puede aguantar durante mucho tiempo. A los dos años o así, dejas de estar tan presente en el otro y te atiendes a ti mismo y a tus necesidades. Cuando pasa tiempo no significa que una relación sea peor, de hecho es más sana, menos obsesiva", destaca.
Respecto a cuándo habría que pensar dejar a una pareja, el psicólogo apunta que "cuando no te sientes bien en pareja, tranquilo y relajado, si hay una tónica general en ese sentido, ya es suficiente motivo como para pasar página". "Hay que hacerse caso", añade, "y no obligar al otro a hacer algo que el otro no quiera, y viceversa".
López destaca que una relación "no es una obligación, a veces es mejor dejarla morir". "Las rupturas a veces son razonables, no son un trastorno que haya que evitar", apunta.
Para este experto en relaciones de pareja, "que te rompan el corazón es una de las mejores cosas que te pueden pasar para ponerte al día". "A través de la lógica se llega a esta frase, y es que te rompan el corazón, si tu pareja es tóxica, te obliga a poner al día todas tus configuraciones, a darte cuenta de que había un montón de cosas que no funcionaban y que tienes que arreglar. Es un proceso de conocerse y mejorarse", comenta.
Del mismo modo, defiende que una "infidelidad puntual" se puede perdonar. "Si no, no se sostendrían la mayor parte de las relaciones, siempre aparece alguien en uno u otro lado", subraya.