El Athletic, sin el lastimado Unai Simón en la convocatoria, visita al sorprendente Rayo Vallecano de Andoni Iraola a partir de las 18.30 horas con un doble objetivo en mente. El primero tiene que ver con la mera productividad, pues los rojiblancos deben volver a sumar después de sufrir dos derrotas consecutivas en LaLiga a manos de Atlético y Girona, a las que se añade el tropiezo en la ida de la semifinal de Copa ante Osasuna en El Sadar. Desde el pasado 11 de febrero en Mestalla no vencen los de Ernesto Valverde, cuyos malos resultados desde entonces obedecen en gran medida a un rendimiento colectivo por debajo del exigible. En los tres últimos compromisos, no en vano, apenas cabe rescatar los primeros 45 minutos completados frente al Atlético a domicilio, por lo que el segundo objetivo para el día de hoy va irremediablemente ligado a la necesidad de reencontrarse como bloque a fin de coleccionar argumentos que acerquen al equipo a la victoria.
Solo así, con una convincente y mejorada actuación general, será posible hincar el diente esta tarde a un rival que exige al máximo a cada oponente bajo la condición de local. Si bien Mallorca (0-2), Betis (1-2) y Real Sociedad (0-2) han sido capaces de llevarse los tres puntos de Vallecas esta temporada, al mismo tiempo que Getafe (0-0), Celta (0-0) y Sevilla (1-1) han logrado empatar en el estadio madrileño, donde el Rayo se ha adjudicado 18 de los 33 puntos en juego, lo cierto es que cada encuentro frente a los de Iraola con la etiqueta de visitante conlleva un soberano esfuerzo a todos los niveles. Vértigo e intensidad. Sin freno. No sabe el Rayo el significado de contemporizar cuando actúa delante de su gente, de lo cual está más que advertido el Athletic en la antesala de un envite en el que tendrá que aplicarse, y mucho, desde el pitido inicial.
Lo demanda las características propias del rival, el escenario y las crecientes urgencias que presenta el conjunto bilbaino en su pelea por alcanzar posiciones europeas, toda vez que enlazar una nueva derrota activaría definitivamente la voz de alarma en torno a un equipo que ha de responder en el primero de los cuatro compromisos que tiene por delante antes de hincar el diente a la vuelta de la semifinal copera frente a Osasuna. Con el torneo del K.O. relegado a un segundo plano, resulta de vital importancia recuperar el paso en LaLiga y ofrecer una buena respuesta a un duelo con un rival directo a día de hoy. Dos puntos más en su casillero, sin ir más lejos, presenta el Rayo, que llega a la cita con dos empates y una derrota a sus espaldas en las tres últimas jornadas del campeonato.
En ninguno de los tres encuentros consiguieron los madrileños mantener su portería a cero, uno de los puntos fuertes de un equipo que, a pesar de proyectar un estilo de juego tan atractivo como ofensivo, solo ha encajado 25 tantos en 23 partidos gracias, en parte, a una sólida pareja de centrales que se romperá esta tarde debido a la baja por sanción del madrileño Alejandro Catena. No asomará ante el Athletic el jefe de la zaga vallecana, mientras que en el bando rojiblanco no estarán Unai Simón, Ander Herrera, Jon Morcillo, ni Yeray Álvarez, que vio la quinta amarilla contra el Girona. Iñigo Martínez, titular el miércoles en la Copa tras 108 días de ausencia por lesión, repetirá junto a Dani Vivian como parte de una línea defensiva en la que Iñigo Lekue apunta a reemplazar a Óscar de Marcos.
Opciones para Zarraga
Con Julen Agirrezabala repitiendo bajo los palos a la espera de que Simón pueda estar disponible la próxima semana contra el Barcelona, las dudas se abren en la medular. Se espera que Valverde agite la coctelera y ahí entra en juego la figura de Oier Zarraga, quien podría salir de inicio tras quedarse sin minutos ante Girona y Osasuna. Desde la visita del Real Madrid a San Mamés el 22 de enero no es titular el centrocampista getxotarra, quien busca un hueco en un once inicial al que volverá Nico Williams, que pasará a actuar de inicio después de ejercer como revulsivo frente a Osasuna en El Sadar.
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