La Real vuelve a sacar el smoking para afrontar su cuarto encuentro de Champions. El equipo realista recibe a todo un Benfica, que se dice pronto. Uno de los clubes con más solera e historia del continente, con dos títulos a principios de los años sesenta y cinco subcampeonatos. Es importante recordarlo porque no son pocos los que parecen convencidos de que volverá a ser un paseo txuri-urdin similar al de la ida, pero cuidado, porque el portugués es un club ganador, con casi 300 encuentros en la competición y se juega literalmente la vida en este duelo. No ha sumado ningún punto y, aunque todavía tiene alguna opción de clasificarse si vence los tres encuentros que le quedan, la realidad es que necesita sumar para evitar el descalabro de no quedar tercero y poder afrontar los cruces de la Europa League.
Mientras, la Real sigue líder con siete puntos de nueve. Sólo el Inter le arrebató dos de forma absolutamente inmerecida, al suceder algo muy parecido a lo que se vivió el pasado sábado ante el Barcelona, pero al menos en aquella ocasión los realistas se pusieron por delante, por lo que el daño de encajar en los minutos finales fue menor. Las cuentas para que festeje hoy su pase a los octavos de final de la Champions están muy claras. Debe ganar por la tarde al Benfica en casa y esperar a que, en la franja nocturna de la jornada (21.00 horas), el Inter de Milán venza en Salzburgo.
Anoeta necesita volver a vivir otra noche mágica, aunque esta vez con final feliz. A nadie se le escapa que son tiempos de bonanza, que la Real juega como los ángeles y compite de tú a tú ante cualquiera por muy grande que sea, pero en lo que llevamos de temporada sólo se ha ganado a rivales como Athletic, Getafe, Granada y Mallorca. La afición txuri-urdin merece una gran alegría en forma de triunfo como los dos que se han logrado a domicilio en tierras austriacas y portuguesas.
Imanol mantiene las dudas de Traoré y Barrenetxea. El lateral lo tiene muy complicado, mientras que el extremo, que apenas ha entrenado en los últimos diez días, cuenta con más opciones sobre todo después de haber sido el elegido para comparecer ante los medios. Zubeldia también arrastra molestias, pero jugará seguro. Lo normal es que el once sea el de gala, con la posible novedad de Aritz en el lateral derecho. Si el técnico decide reservar a Barrene, el que cuenta con más opciones de entrar es Carlos y que Mikel pase a la banda.
Cuatro bajas
El cuadro lisboeta aterrizó este martes en Donostia con las bajas de Bah (lateral derecho) y Neres (extremo izquierdo), que fueron titulares en Lisboa, mientras que Kokçu (pivote) y Bernat (lateral izquierdo) salieron desde el banquillo. Por el contrario, sí que no faltará Ángel Di María, su gran estrella, que se perdió el choque en Da Luz por lesión.
Después de la fuerte bronca que se llevaron las águilas por parte de su público tras el 0-2, su entrenador Roger Schmidt ha modificado su esquema. En Portugal utilizó su hasta entonces habitual 4-2-3-1, dibujo al que el técnico dio continuidad cuatro días después, en Da Luz contra el Casa Pía. Sin embargo, el escaso empate cosechado en este partido liguero (1-1) llevó al preparador alemán a introducir un 3-4-3 en los dos compromisos posteriores: un 0-2 el pasado martes 31 de octubre en la copa de la liga (contra el Arouca) y un nuevo 0-2 este sábado en la visita liguera al Chaves. Todo apunta a que el Benfica mantendrá esta ofensiva estructura en Anoeta.
En su campeonato de liga es segundo a tres puntos del líder, después de haber ganado todos sus encuentros menos el citado empate ante el Casa Pía y la derrota ante el Boavista de Oporto en la primera jornada. Como para confiarse...