pamplona – Osasuna, el mandamás fuera de casa que lo ha ganado todo como visitante –cuatro de cuatro–, va hoy a por la matrícula de honor en esa tarea en el Santiago Bernabéu, el estadio más difícil del continente, donde el Real Madrid siempre es favorito. No hay mayor reto ni mayor ilusión ni mayor tarea ni mayor dificultad que plantearle resistencia al equipo madrileño y, en el mejor de los casos, discutirle el resultado. Osasuna ya sabe que deberá hacer un partido perfecto y en ello también tendrá que echar una mano la suerte, la buena. Es decir, esta noche toca una de esas citas muy especiales en la que será necesario fútbol, carácter y cerebro.
El equipo de Arrasate llega a este encuentro como uno de los integrantes de la zona alta de la tabla y con toda la confianza que le debe conceder ese estatus ganado a pulso. Osasuna, sin embargo, inicia esta noche ante el Real Madrid una larga prueba de cuatro partidos con los ahora cuatro primeros clasificados, dura etapa que medirá musculatura del grupo y ofrecerá una perspectiva seria y más realista de la temporada.
Osasuna no cuenta para esta noche con el sancionado Cote ni con los lesionados Aridane y Juan Pérez. El cancerbero es baja de última hora por unas molestias musculares, circunstancia que lleva al meta del Promesas, Darío Ramos, a viajar a Madrid para estar en el banquillo. Ramalho, recién reingresado al grupo, tras una lesión muscular, también se queda en Pamplona, como Ante Budimir. El delantero croata tiene ahora su objetivo en el siguiente partido, en el Sánchez Pizjuán el sábado, para lo que se ha decidido que entrene con intensidad estos días sin el paréntesis de un partido y sus condicionantes.