Osasuna

Real Madrid-Osasuna | Las claves del partido

Osasuna encajó muy pronto y sufrió por la derecha. Oroz dio algo de aire a un medio del campo impreciso y Carvajal le levantó el 2-2 a barja en el 93
David García, en un gesto de impotencia, tras acabar el partido. En primer plano, Barja.

La sensación es que Osasuna no estuvo cómodo en casi ningún momento y el partido se fue en fogonazos. Encajas pronto, te superan por banda, en medio campo no estás bien y arriba te falta chispa. Salieron pocas cosas bien ante, no lo olvidemos, el campeón de Europa. Vinicius pudo con todas las ayudas de Peña y Moncayola; a Osasuna le costó toda la primera parte frenar la sangría de diagonales y balones a la espalda; y los mejores minutos de Osasuna, del 57 al 68, no dieron para ganarle la final al Madrid. Y, aun así, Barja pudo hacer historia en el 93. Aquí unas claves.

El peor arranque posible

Gol en el minuto 2

La ayuda, insuficiente

Osasuna salió con un once reconocible. Sin embargo, el partido no pudo empezar peor. Osasuna encajó el primero en el minuto dos de partido: Vini Jr recibió en banda y se marchó con facilidad de sus marcas. De nada sirvió la ayuda en una banda derecha reforzada. El Real Madrid desarmó a la primera el plan defensivo anti Vini, que señoreó ese flanco durante los primeros quince minutos ante el eje Monca-Peña.

Problemas en la derecha

Monca, amarilla en el 21

Remates estériles

Tampoco es que el gol llevara abajo todos los planes. Osasuna trató de reponerse y colgó hasta cuatro balones en los primeros quince minutos: remató Aridane, remató Torró una falta lateral bien puesta por Moncayola. Pero ninguna llevó demasiado peligro. Llegar y no concretar contra el Madrid se suele pagar. Y, por si fuera poco, Moncayola vio la amarilla en el 21. El marcador de Vini, que sufrió como un perro, se cargó muy pronto aunque esquivó la roja.

La reacción

Del paradón a la de Abde

Herrera, salvador

Después de la amarilla en el 21, hubiese sido un mazazo que en el 24 Benzema hubiera convertido una contra vertiginosa otra vez por la parte derecha. Pero apareció el mejor Herrera para sacar una mano abajo que pudo ser crucial si un minuto más tarde Abde hubiera convertido una vaselina que se quedó floja ante Courtois. El partido entró entonces en una locura.

Replanteamiento

Osasuna no se rinde

Llegar vivos al descanso

A falta de quince minutos para el descanso, Jagoba sabe que algo tiene que cambiar. Osasuna necesita cortar ese campo tan amplio que ha hecho mucho daño mediante diagonales y la flecha Vinicius. Oroz y Budimir abandonan la presión para reforzar el bloque medio. Y es esto lo que permite compensar mucho las fuerzas y llegar vivos al descanso.

Osasuna sale mejor

Los mejores minutos

El gol de Torró

La sensación se replica tras el descanso. Osasuna sale mejor y juega sus mejores minutos: Oroz -el mejor de Osasuna ayer- baja mucho a recibir y desahoga un medio del campo que había estado superado por momentos, porque el Madrid reforzaba esa parcela con Camavinga. Así, de igual a igual, con más control, llega el empate, en un balón suelto en la frontal. Es un golazo brutal, a lo Gerrard, por parte del pivote del equipo. 1-1.

Minuto 68

El principio del fin con el 2-1

El equipo se cae

Osasuna aguanta doce minutos. Los que van del gol de Torró (m. 57) al 2-1 de Rodrygo. Ahí comenzó el derrumbe del equipo. Ocurren dos cosas: primero la salida de Budimir -que estaba reventado- por Chimy, que no llegaba a la final al 100%. Después, otra vez Vinicius, otra vez la misma jugada, esta vez con Peña a la espalda y sin fortuna de David en el despeje. El gol es doloroso. Osasuna encaja mal el golpe y no tiene respuesta, con una capacidad de presión muy mermada y un medio del campo roto. Moi Gómez, la brújula de este equipo durante toda la temporada, estuvo mal ayer. Y la entrada de Modric para apuntalar la posesión zanja el partido.

La última oportunidad

Al menos, un zarpazo

Era la de Kike Barja

Nada surte efecto desde el 75. Ni la entrada de Kike García, ni la de Barja, ni la de Ibáñez, ni la de Rubén García para recuperar algo de tensión. Ya era demasiado tarde y quedará la duda de si se podría haber espoleado al equipo antes. La pelota es totalmente del Madrid, acostumbradísimo a gestionar estos minutos. Osasuna no puede atacar ninguna presión en medio campo y el Madrid se atrinchera en esa posesión mortecina. Pero Osasuna tiene una. Fue en una pérdida tonta del Madrid que acabó en una carrera por banda derecha que acabó en un balón al corazón del área pequeña. Barja llegó bien y remató. Era el empate en el 93. Pero Carvajal, que ya se había bastado ante un Abde más gris que otras veces, le levanta la pelota justo cuando le sale de la bota. Y el árbitro pita el final del partido. Así es el fútbol.

08/05/2023