“Llegar a esta cifra es muy bonito y estoy muy contento por ello”. A sus 21 años cumplidos en diciembre y a pesar de haberse pasado el 2022 casi en blanco, Ander Barrenetxea puede celebrar su centenario con la Real ante el Celta. Parece ayer cuando Asier Garitano la noche que le condenó como entrenador txuri-urdin: “Siendo tan joven no eres consciente de lo que estás haciendo hasta que a los años la gente te lo recuerda. Entonces te das cuenta de que eras un crío”.
A la hora de escoger un instante, se queda con dos: “Son muchos partidos y muchos momentos los que he disfrutado. Si tuviera que decir alguno sería la final de la Copa del Rey y el primer gol que meto en Anoeta ante el Real Madrid. Eso fue increíble”. No hay que olvidar que el 3 de abril de 2021 acabó en el campo el derbi más importante de este siglo.
Uno de las circunstancias que más le gustan es que le ha tocado jugar en una Real legendaria que no encuentra límites: “Nos encontramos en una dinámica muy positiva tras entrar tres años consecutivos en Europa. Espero que sigamos así porque es el camino para que el club siga creciendo. El equipo está demostrando lo que vale”. Además de recordar una de los grandes secretos de este equipo: “Entrenamos cada día como si fuera un partido y luego eso se ve reflejado en el campo”.
Barrenetxea es feliz porque está logrando hacer carrera en el equipo de sus amores: “Siento un orgullo tremendo porque es donde siempre he querido jugar. Donde soñé marcar y celebrar mis goles. Es una satisfacción muy grande y ojalá siga creciendo en este club”.
Después de dos partidos actuando de lateral derecho de emergencia, Barrenetxea confía en soplar velas con un nuevo triunfo: “Ojalá, sería un sueño. Hacer los 100 partidos con una victoria en casa sería un broche de oro”.