La Real Sociedad empató este sábado contra el Celta en Anoeta, en partido correspondiente a la 22ª jornada de Liga. El cuadro txuri-urdin vio cómo su rival lograba imponer su propuesta, en líneas generales. Pero los de Imanol Alguacil supieron adaptarse a las circunstancias para, dentro un encuentro bien jugado por parte de ambos equipos, mostrarse competitivos desde un registro más contragolpeador. Les sirvió para encarar con ventaja los minutos finales, durante los que el encuentro se abrió mucho más de lo deseable y el cuadro gallego encontró el empate. Este es el análisis táctico de la contienda.
Punto de partida casi idéntico en cuanto a estructuras al del partido del lunes previo en Cornellà. Real: mismo once y mismo dibujo 4-3-3. Celta: esquema 4-4-2, mucho más 'líquido' en ataque que el del Espanyol.
Resultó lógico, por lo tanto, que la Real tratara de explotar en ataque las mismas vías utilizadas en su anterior encuentro y que analizábamos la semana pasada. 1- Ubicación alta de los interiores Illarra-Brais a la espalda del centro del campo rival.
2- Aprovechando esa ubicación de Illarra, quien fijaba la marca del lateral derecho Mingueza, diagonales largas a Oyarzabal.
El equipo txuri-urdin volcó en gran medida el juego sobre su banda izquierda, sabedor quizás de que el cuadrado Mingueza-Aidoo-Carles Pérez-Veiga podía sufrir más que Galán-Núñez-Beltrán-De la Torre en el costado opuesto.
Así, Imanol apostó por hacer del izquierdo el lado fuerte de la Real, y a menudo por sumar al mismo a Kubo, venido desde el sector derecho. Acumulación de hombres en zona zurda. Banda derecha entera para Barrenetxea.
Y 3- Salidas de tres con Zubimendi incrustado entre centrales, laterales proyectados y extremos metidos a carriles interiores.
Tuvo su sentido el planteamiento, pero no dio para generar todo lo deseado debido a la muy buena presión del Celta: defendió en 4-4-2 y marcó la diferencia respecto al Espanyol en la zona roja, donde Strand-Aspas fueron más escrupulosos que Puado-Braithwaite para tapar a centrales y pivote txuri-urdin.
A partir de ahí, y como se aprecia en la imagen previa, la Real tuvo que iniciar muy a menudo desde sus laterales, que tampoco hallaban más solución que el juego en largo. Así, gran parte del partido pasó por este contexto: ataques posicionales del Celta.
Como ya se aprecia en la pizarra previa, los gallegos mutaban a un dibujo asimétrico. Amplitud: en la izquierda la ofrecía el lateral (Galán) y en la derecha el extremo (Pérez). Mingueza tendía a centrar su posición y también De la Torre. Caídas a la mediapunta de Strand-Aspas.
El Celta buscó en la mayoría de sus ofensivas conectar con sus hombres interiores, generando superioridades numéricas por dentro. Pero la Real respondió con una muy buena presión. ¿Cómo se dio la batalla? En líneas generales, el rival estuvo más cómodo dentro de este contexto de partido, generando y siendo ligeramente superior. Pero el cuadro txuri-urdin estuvo también notable a la hora de defender, en dos formatos además. 1-En 4-4-2 soltando a Brais a la primera línea de presión. La Real empezó apostando por esta fórmula, pero, como se observa en la imagen, ni siquiera la basculación de Oyarzabal permitía igualar dentro, ya que Aspas caía a la medular y generaba un cuatro contra tres (zona roja).
Y 2- Pareció más cómoda a la Real soltando a Kubo a por Unai Núñez y dejando a Brais dentro con Zubimendi e Illarra.
Desde diferentes registros, los dos equipos estuvieron bien y generaron oportunidades. El Celta, enganchando con sus futbolistas interiores. La Real, robando con cierta frecuencia y saliendo en transición, como en la jugada del gol (recupera Brais en la imagen).
La presión txuri-urdin fue muy buena porque estuvo en el origen de casi todas las ocasiones. 1- Roba Zubimendi y mal pase a Sorloth. 2- Se anticipa Barrene y oportunidad de Oyarzabal. 3- Se la lleva Kubo y puede marcar luego. 4- Roba Merino y nueva ocasión de Take.
Que viéramos a la Real alejada de su registro más habitual no significa que hiciera un mal partido. De hecho, ante un gran Celta, el equipo estuvo bien hasta ese final. Roja a Tapia. No se aprecia en la imagen, pero están preparados los cambios de Marín y Navarro...
Imanol paralizó las sustituciones de inmediato. Ante un rival que acababa de refrescar su medular, esperó para insuflar oxígeno y mantuvo a Brais y Kubo sobre el campo. El equipo, consciente de su superioridad numérica, arriesgó con el balón para abrir al rival y sentenciar.
En el minuto 82, nueve más tarde de lo inicialmente previsto, entraron al campo Navarro y Marín.
Un par de errores de Pablo a la hora de dar esos pases de riesgo, que escondían premio si se completaban, generaron cierto descontrol. Y fue imposible eliminar ya del partido ese panorama de ida y vuelta, incluso con Zubimendi como central derecho en el tramo final (zaga de cinco).
-72 minutos buenos de ambos equipos: el Celta imponiendo su idea, pero la Real respondiendo con transiciones.
-Tras la roja, riesgos txuri-urdin (sin gol) para intentar sentenciar.
-Excesivo descontrol final, incluso cuando el equipo pasó a protegerse más.