Sorloth anota su primer gol con la Real, contribuyendo de manera decisiva en el empate en el Wanda Metropolitano
No pudo elegir un mejor escenario Alexander Sorloth para marcar su primer gol con la Real Sociedad. El Wanda Metropolitano se convirtió en un espectador de lujo en el estreno goleador del atacante noruego del equipo blanquiazul, que cuajó otra actuación digna de mención. No es la primera desde su llegada. Y todo apunta a que no será la última. Al delantero nórdico solo le faltaba el gol. Había cuajado notables actuaciones con la zamarra blanquiazul, pero todavía no había podido estrenar su casillero.
Ayer no hubo que esperar mucho. No se había cumplido el minuto siete del partido y Sorloth ya había perforado la portería defendida por uno de los mejores porteros del planeta fútbol como es Oblak. El noruego terminó una jugada preciosa y precisa. Silva se encontró con Merino, que de primeras se la pasó a Isak. Y este, también al primer toque, envió el balón a la posición de Sorloth que, dejando el balón correr un segundo, hizo que Oblak no pudiera hacer nada. El noruego empujó el balón suavemente dentro de una portería vacía. La celebración con Isak, por todo lo alto. No era para menos. La conexión nórdica ha comenzado a dar sus frutos. Era la primera acción de peligro del conjunto blanquiazul y el acierto fue absoluto.
Ocho minutos más tarde el tanque txuri-urdin volvió a provocar un cortocircuito en la defensa colchonera. Otro pase interior de Silva encontró a Sorloth, que emprendió una carrera casi en solitario hacia la portería defendida por Oblak. A su lado también esprintaba Isak. El noruego buscaba al sueco con la mirada, pero quizá tardó más de la cuenta en soltar el balón. Cuando este le llegó a su compañero de ataque, ya tenía encima a los defensores colchoneros, que desbarataron la acción de ataque. En el minuto 24, el canario y el noruego intercambiaron sus papeles. Una pared dentro del área entre ambos terminó con el disparo del mago de Arguineguín, que atrapó Oblak sin demasiados problemas.
Más allá de sus apariciones en el flanco ofensivo, la aportación de Sorloth al juego de la Real va mucho más allá. Es casi imposible quitarle el balón, y a pesar de su envergadura, la velocidad con la que se mueve le permite encontrar casi siempre al compañero. Son muy pocos los errores que comete con el balón en los pies y de eso se aprovechan el resto de jugadores del equipo entrenado por Imanol Alguacil.
Poco le faltó para llegar a un balón impulsado por Mikel Merino casi al inicio de la segunda mitad, justo después de que Isak pusiera el 0-2 en el electrónico, un tanto que celebró también por todo lo alto junto a sus compañeros. El noruego está totalmente integrado. Es uno más.
88 minutos en el césped
El partido disputado en el Wanda Metropolitano ha sido, hasta la fecha, el partido en el que más minutos ha jugado Sorloth desde su llegada a la Real. Aguantó sobre el terreno de juego 88 minutos. Antes de que Imanol decidiera sustituirle, tuvo tiempo para entrar una última vez en contacto con el balón. Lo hizo de cabeza, dejando solo a Portu, que ya se disponía a encarar a Jan Oblak.
La acción, sin embargo, quedó invalidada porque el colegiado de la contienda, de nuevo protagonista en contra de los intereses de la Real, entendió que el noruego, que solo saltó, había cometido falta sobre Felipe. Sorloth no podía sino reírse. Era el minuto 83. Cinco más tarde, Lobete entraba en lugar de un futbolista que ya marca la diferencia de la mejor manera que sabe, marcando goles. El Rey del Norte es txuri-urdin.
El noruego ya había cuajado notables actuaciones con la zamarra blanquiazul, pero todavía no había podido estrenar su casillero