20 años después de su aterrizaje en Donostia, Nihat Kahveci (Estambul, 1979) habla con nostalgia de su paso por la Real, de la Liga que se les escapó y de sus celebraciones con Mitxelo
donostia – ¿Cómo le va la vida a Nihat Kahveci?
–La vida me va bien. Estoy con mi familia en Turquía, en Estambul, en mi tierra. Trabajo como comentarista en NusSpor Digital y en TRT Spor, comentando la Liga de Turquía. Estoy dentro del fútbol. Tengo la licencia también de entrenador. En su día ya estuve ejerciendo, pero ahora estoy de comentarista y estoy bien.
¿Qué nivel tiene la Superliga de Turquía?
–Siempre hay cuatro, cinco equipos luchando por la Liga. Este año Trabzonspor va muy bien. La afición de la Real puede conocer este equipo porque Alexander Sorloth jugó aquí. Ahora va muy bien. De hecho, les lleva bastante ventaja a Galatasaray, Besitkas y Fenerbahce, que no están ni entre los cinco primeros clasificados.
¿Se ve buen fútbol?
–Sí. Es un fútbol distinto al de España. Aquí hay más pelea física dentro del campo, más uno contra uno. No es fácil jugar en la Liga turca. Los equipos, al fichar buenos extranjeros, han mejorado muchísimo y el nivel de fútbol ha ido mejorando mucho con el paso de los años. No aún como esperábamos nosotros, pero va mejorando.
Aquí en Donostia la gente comienza a dudar de la capacidad de Sorloth, pero no es sencillo marcar 33 goles en una liga como la turca, ¿no?
–Yo creo que Sorloth necesita jugar más partidos seguidos. Tiene que coger el ritmo de partidos, porque en Trabzonspor, por ejemplo, siempre jugaba, no había un suplente que pudiera suplirle. Aunque jugara mal, seguía jugando y por eso, tenía muchísima confianza. Cuando se fue a Alemania, él tuvo problemas porque no siempre jugaba. Por eso le cuesta. Sorloth, si juega cinco, seis partidos seguidos, lo hará bien. A mí me gusta mucho. En Turquía dejó un gran recuerdo, todavía mucha gente se acuerda de él. En la Real veo que no ha jugado mucho, no ha marcado muchos goles, pero creo que si le aguantan tiempo en el campo, puede meter más goles.
Este mes de diciembre se cumplen 20 años de su fichaje por la Real. ¿Qué recuerdos se le vienen a la cabeza?
–Lo primero, cuando dices 20 años, es que ha pasado mucho tiempo. Pero yo me acuerdo como si hubiera ocurrido ayer. En la Real jugué cuatro años y medio, y me acuerdo mucho, y de lo que no me acuerdo, ya se encarga la gente de Turquía de recordármelo, porque siempre me hablan de la Real y siempre me preguntan lo mismo: ¿Cómo pudisteis pelear la liga contra los galácticos? No se explican que estuviéramos a punto de ganar a un equipo en el que estaban Beckham, Ronaldo, Figo, Roberto Carlos, Guti, Casillas... Claro que me acuerdo, pero sobre todo de la pena de que perdimos la Liga por dos puntos. Eso nunca lo vamos a olvidar. Pero la gente nos recibió en ese último partido contra el Atlético de Madrid como si hubiéramos ganado. No era fácil pelear una Liga contra un equipo como aquél, que tenía a los mejores jugadores del mundo. Personalmente hablando, al principio claro que me costó adaptarme. Cuando me hicieron el reconocimiento médico, me detectaron que tenía roto el menisco y me tuve que volver a Turquía. Luego regresé y no jugaba mucho porque tenía que coger el ritmo. En los primeros meses lo pasé mal, pero luego, después de hacer una buena pretemporada, no pude comenzar de una mejor manera en el derbi contra el Athletic, en el que marqué dos goles y di una asistencia. Eso me dio confianza y luego todo fue bien. Dentro del campo y fuera del campo me lo pasé muy bien. Marqué muchos goles y jugué buenos partidos, pero fuera del campo también la gente me animó muchísimo, me apoyó muchísimo. Me daban regalos cuando iba a Zubieta. Estaba muy contento fuera y dentro. La única pena es que llovía mucho, pero me acostumbré, porque me gustaba jugar con la lluvia. De la comida no quiero decir nada porque aún tengo ganas de ir para comer una buena txuleta y pintxos. Y qué te voy a decir de la ciudad, que era una maravilla.
¿Cómo un equipo como la Real le pudo pelear la Liga hasta la última jornada a un equipo como el Real Madrid?, ¿cuál fue la clave del éxito?
–La clave es que teníamos un buen presidente y buenos directivos, un buen entrenador y luego, buenos jugadores. Individualmente hablando, desde la portería hasta el delantero, todos éramos muy buenos. Mikel Aranburu, Xabi Alonso, Rekarte, Westerveld, Aranzabal, Jauregi, Karpin, De Pedro... Teníamos un equipazo. A pesar de todo, con ese equipo, no fue fácil pelearle la Liga al Madrid. Nos aprovechábamos mucho de las características de los compañeros. Yo, por ejemplo, me aprovechaba mucho de Kovacevic y De Pedro, De Pedro se aprovechaba mucho de las cualidades de Karpin y de Xabi Alonso. Fuimos un buen equipo dentro del campo y fuera. Estábamos muy unidos, también con los aficionados. Teníamos 30.000 aficionados apoyándonos cada partido. Solo queríamos jugar al fútbol y disfrutar. Queríamos que llegase el siguiente partido cuanto antes para volver a jugar.
¿Y por qué no se ganó la Liga?
–Hay que reconocer que el Real Madrid tenía mejor equipo que nosotros. Eso es indiscutible. Nosotros no ganamos porque fallamos en el penúltimo partido contra el Celta de Vigo. Nosotros metimos dos goles, pero ellos nos marcaron tres. Creo que no tuvimos suerte porque el Celta también se jugaba su pase a la Champions League, por eso salieron con tantas ganas. De ese partido sí que me acuerdo. En los demás hicimos todo bien. Bueno, salvo contra el Villarreal, cuando nos dejamos empatar en el descuento. Por un pequeño detalle puedes ganar la Liga o la puedes perderla, y nosotros la perdimos. Nos pusimos muy tristes, pero nos sentimos como campeones de Liga, porque peleamos contra un equipo que valía muchos millones.
¿Cuando llegó a la Real esperaba tener el rendimiento que después tuvo?
–Mira, siempre he tenido muchísima confianza en mí mismo. Cuando hago una cosa, quiero ser siempre el mejor. Ahora soy comentarista, pero quiero ser uno de los mejores comentaristas. Me considero muy profesional en ese sentido. Yo en Turquía no jugaba como delantero. Jugaba por la banda derecha, jugaba como Karpin. Luego, cuando cambié de posición y marqué muchos goles, la verdad es que no esperaba marcar tantos goles. Marcar tantos goles en una Liga como la española no es fácil. No esperaba tanto, pero sabía que podía hacer buenas cosas. Lo que me gusta de allí es que cuando la Real cumplió 100 años, me eligieron en el mejor once. Es un orgullo grandísimo para mí.
Han pasado 20 años y entre la afición se sigue teniendo un gran recuerdo de Nihat Kahveci. ¿Qué significa eso para usted?
–Es un orgullo. Quiero agradecer a la Real Sociedad y a sus seguidores que cuando es mi cumpleaños, siempre ponen un vídeo de mis goles y me felicitan. Eso es algo que casi me hace llorar. Se acuerdan de mí y eso es muy importante para mí.
Vino en diciembre lesionado y se tuvo que volver a Turquía. ¿Pensó que igual ya se le había pasado la oportunidad?
–No pensé en eso porque ya habíamos firmado el contrato. Pero sí pensé que las cosas iban a ir peor, tenía que demostrar otra vez porque era normal que la gente dudara de un jugador turco, que venía lesionado. Me veían como un capricho de Toshack. Pero es algo normal, llegué lesionado y no me conocían mucho. Es normal que hubiera un ambiente negativo. Yo ya me hice a la idea de que podía ser difícil, pero también que podía conseguirlo, que podía demostrarme a mí mismo que era buen jugador. Me concentré mucho para eso y pude demostrar quién era.
¿Fue su mejor etapa como futbolista profesional?
–Sí. Puedo decirse que sí. Jugar en España y pelear por la Liga y perder por dos punto no lo he vivido en ningún otro equipo donde milité. Con el Villarreal también fui segundo, pero la distancia con el primero era mayor. El 2002/03 fue el mejor año de mi carrera. En la época de la Real, lo único malo mi lesión. Me rompí el cruzado, pero el resto de años fueron positivos. Yo creo que jugué bien y la gente creo que piensa lo mismo. Luego, en el Villarreal, estuve tres años y también me rompí el cruzado otra vez, pero también tuve muy buen equipo con Pires, Cazorla, Marcos Senna, Riquelme, Cani... Teníamos un equipazo también. Peleamos por la Liga y lo pasé bien, pero la época en la Real siempre fue diferente.
¿Hay algún gol de los muchos que marcó más especial que otro?
–Los goles contra el Bilbao son inolvidables. También meter contra el Real Madrid siempre era especial. Jugamos en casa y ganamos 4-2. Hay otro, no sé si la gente se acuerda, contra el Levante. Perdimos, pero yo marqué desde casi 40 metros.
También son inolvidables sus celebraciones junto a Darko...
–Y junto a Mitxelo, el utillero. Un día le dije que le iba a dar un beso cuando metiera un gol y al final no sé cuántos besos le di. Me han dicho que ahora está su hijo. A ver quién le va a dar besos a su hijo ahora.
El sábado juegan Real y Villarreal. ¿Tiene el corazón 'partío' o tira más hacia la Real?
–Tengo el corazón retorcido. Yo siempre quiero que gane el mejor, pero yo estuve más años en la Real Sociedad que en el Villarreal. Además este año, la Real está muy arriba. El Villarreal ganó el año pasado la Europa League y tiene muy buen entrenador. La Real, después de muchísimos años, ganó otra Copa del Rey, importantísima. Jugando en casa, veo a la Real Sociedad algo más favorita. He visto que no ha ganado en los últimos tres partidos de Liga y van a salir muy motivados para ganar este partido en casa. A la Real le veo mejor.
¿Le sorprende ver a la Real, otra vez, ahí arriba peleando con los grandes?
–No, no me sorprende nada. La Real tiene que estar ahí. Veo un equipo, no solo en el campo, sino fuera, de grandes profesionales, que hacen muy bien las cosas. La Real tiene que estar ahí, peleando entre los cuatro, cinco primeros equipos. Tiene que pelear para ganar la Copa y para intentar ganar la Liga. Claro que es difícil estando equipos como el Madrid, el Barça o el Atlético de Madrid, que son equipos económicamente más fuertes que la Real, pero con orden, pueden pelear y ganar, y la Real es uno de esos equipos.
¿Cuánto pagaría por jugar en el nuevo Anoeta?
–Mucho. Me gustaría abrazar a la gente después del gol. Cuando jugábamos nosotros había una pista y estaban lejos, pero en este campo seguro que abrazaba a la afición cuando marcara.