El debut de la Real Sociedad en una fase de grupos de la Europa League, en 2017, dibujó entonces un panorama continental de contrastes, dentro del cual los clubes de ligas menores quedaban exageradamente mal parados. El Rosenborg noruego no pareció tan fiero como lo había sido en su día, y perdió 4-0 en Anoeta ofreciendo una paupérrima imagen. El Vardar macedonio, mientras, dio un nivel inferior incluso al de los escandinavos, encajando un 0-6 en Skopje y un claro 3-0 en Donostia. Quizás la experiencia resultara engañosa: hubo suerte en el sorteo y luego la superioridad blanquiazul hizo el resto. Pero tras aquello se han vivido más recientemente situaciones de parecida naturaleza inicial y con desenlaces muy distintos. Nos referimos concretamente a las visitas del Rijeka (2020) y del Sturm Graz (2021). Ambos pescaron en el recinto de Amara, sumando sendos empates.
Nueva prueba
Salvando las distancias, la segunda competición continental coloca esta tarde a la Real ante un paisaje similar al de aquellos dos tropiezos. Y es que aterriza en Anoeta otro equipo con teórico cartel de cenicienta, un Omonia Nicosia contra el que seguro que no caben las relajaciones. El estado de alerta en el que los de Imanol encaran el duelo responderá hoy, en parte, al recuerdo reciente de puntos que se escaparon de su guarida, pero, puestos a corregir errores del pasado, tampoco puede decirse que contra croatas (2-2) y austríacos (1-1) faltara intensidad. Sí se dieron, en cambio, sendos casos de falta de acierto ante la portería rival, en dos duelos que los txuri-urdin debieron sacar adelante sin problemas, a tenor del juego desplegado. Faltó el gol. Y, ciñéndonos al duelo con el Rijeka, la Real careció también de contundencia en la defensa del balón parado.
Enfrente, una roca
El reto pasa hoy, de este modo, por repetir toda la producción ofensiva de los famosos dos partidos. Y también por convertir más oportunidades, obviamente. El primer objetivo, el de generar ante el Omonia lo mismo que contra Rijeka y Sturm Graz, se antoja complicado, pues los chipriotas llegan a tierras guipuzcoanas con la solidez como plato fuerte de su carta de presentación. El duelo que dirimieron en la primera jornada del grupo ante el Sheriff Tiraspol (derrota 0-3) no significaría una buena referencia: se vieron en desventaja desde el primer minuto y además adoptaron una actitud agresiva y presionante, bastante más atrevida que la que apuntan a tener hoy en Donostia. Así, lo de Anoeta se asemejaría más a los vaticinios de quienes conocen en profundidad al cuadro de Nicosia: esquema 5-3-2, bloque medio-bajo y cierre de filas a la espera de opciones para el contragolpe.
Apeó al gante belga
El Omonia no anduvo fino en el pasado campeonato de Chipre. Pero juega en Europa porque se alzó en mayo con la copa de su país, éxito que le permitió además disputar una única previa veraniega. El pasado agosto, los de Nicosia eliminaron en dicha ronda al Gante belga, desde un registro probablemente mucho más similar al que traerán hoy a Anoeta. Ganaron 0-2 en tierras flamencas gracias a dos saques de banda que metieron directamente en el área rival, y después repitieron resultado en casa aprovechando sendas transiciones tras robo.
Plantel
El joven mediapunta local Charalampos Charalampous (2002) es el futbolista diferente en la plantilla de Neil Lennon, técnico norirlandés que aterrizó en el equipo hace apenas seis meses para salvarle de su crisis liguera. Alcanzado aquel objetivo, el entrenador se centra ahora en competir en el continente ante rivales a priori superiores, tarea que en su día completó con éxito a los mandos del Celtic. En la Champions 2012-13, los de Glasgow ganaron al Barça de Messi en Escocia (2-1) acumulando solo un 11% de posesión, en lo que puede suponer una buena pista respecto al plan chipriota esta tarde.