donostia – Sus amigos en Francia ríen cuando escuchan el modo en que nos referimos a él por aquí: Le Normánd, con una A muy marcada que en realidad es una especie de O. Y también tiene tela que Imanol y los jugadores de la Real se le dirijan en el campo a voz en grito llamándole Robín, con una acusada I final que en realidad es algo parecido a una A. El zaguero txuri-urdin se lo toma a guasa y con filosofía. "Cuando les escucho me giro, porque sé que quieren decirme algo. Nos entendemos y con eso ya es suficiente". Lejos de casa, ha interiorizado ya ese francés tan castellanizado con el que bromean en su Bretaña natal.
Tengo entendido que reside en Astigarraga.
–Estoy feliz allí, en un barrio muy tranquilo. Tenía un amigo en la zona, vi la casa cuando estaba buscando una y me la compré.
¿Vive solo?
–Sí, solo.
¿Y recibe muchas visitas?
–Pocas habitualmente. Y menos ahora, con el tema este del covid.
Claro. Deduzco que pasó el gran confinamiento de 2020 sin compañía.
–Eso es, en casa. Pero bueno, tampoco tenía motivos para quejarme. En mi familia permanecieron todos sanos. Y la Real gestionó muy bien todas las situaciones en que nos vimos inmersos los jugadores. No me puedo quejar de lo vivido durante aquellas semanas. Pienso que hubo gente que sufrió muchísimo más.
¿Su casa tiene jardín?
–No. Solo tiene balcón. Pero ya te digo que pasé muy bien el confinamiento, en comparación con lo que les tocó vivir a muchísimas personas.
Sabrá que vive en el pueblo de las sidrerías, ¿no?
–Sí, hay 17 creo.
Pues ya sabe más que yo entonces. ¿Las disfruta?
–En su justa medida, pero sí, claro. Se trata de uno de los atractivos de Astigarraga y lo aprovecho cuando puedo, principalmente cuando viene gente de fuera.
¿Qué tal su hermano Théo? También es futbolista.
–En la familia estamos muy orgullosos de él. Este verano ha firmado su primer contrato profesional, con el Guingamp, de la segunda división francesa. Los dos jugábamos a fútbol en el jardín, siendo solo unos niños, y ahora vivimos de nuestra pasión. A Théo todavía le va a costar, porque acaba de subir del filial. Pero también te digo que es más trabajador que yo. Así que le veo con opciones de seguir haciendo camino.
¿De qué juega?
–De mediapunta. Y yo de defensa. Hemos vivido muchos duelos futbolísticos en casa (risas).
Pero él es cuatro años menor que usted, ¿no?
–Sí, aunque siempre se ha esforzado por recortar en la práctica la distancia que siempre nos separará en cuanto a edad. Eran bonitos aquellos partidillos que jugábamos entre nosotros. Espero que se repitan en un futuro en un encuentro de competición profesional.
¿Usted le da consejos?
–Jugamos en demarcaciones muy distintas. Pero sí que hablamos mucho sobre el modo en que gestionar las emociones, a nivel más personal. Tenemos una gran conexión. Nos llamamos a diario. Y claro que intento aconsejarle en todo lo que puedo.
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¿Qué hace Robin Le Normand en su tiempo libre, al margen de hablar con su hermano?
–Me gustan mucho los videojuegos y competir online con mis amigos. También suelo dedicar un tiempo a la lectura. Y ahora he empezado a tocar un poco el piano.
¿Desde cero?
–Sí, sin tener ningún conocimiento de base. Pero bueno, entiéndeme bien. Igual te he hablado de tocar el piano demasiado a la ligera. Digamos que voy intentándolo.
Ya. Para tocar el piano hay que tener uno en casa...
–Lo tengo, lo tengo.
¿Y ve fútbol por la tele?
–Sí, sobre todo de la Liga.
¿Con qué espíritu? ¿Para entretenerse o para aprender?
–Para aprender. Me fijo mucho en los centrales. Cuando se juega el típico partidazo de la Champions o de un Mundial, igual lo veo de otra manera. Pero en la Liga miro sobre todo cómo se mueven los delanteros y los defensas.
¿Se fijaba en Varane?
–Es que Varane es buenísimo... Me han preguntado muchas veces sobre su trayectoria, que han comparado con la mía. Sí que es cierto que los dos hemos tenido un camino similar, viniendo jóvenes desde Francia a la Liga. Pero todavía me queda muchísimo trabajo por delante para solo intentar acercarme a su nivel.
¿Habla con las grandes estrellas francesas de la Liga cuando se enfrenta a ellas? Benzema, Griezmann, el propio Varane estos últimos años...
–No mucho. Nos llevamos bien, pero tampoco me quedo mucho a hablar con ellos. Soy una persona bastante discreta. En el campo, durante el partido, sí hablo más con mis compañeros, porque forma parte de mi trabajo.