Pues ahí tenemos a nuestra Real, completado ya este primer tramo de la temporada. Golpeado por las lesiones y zarandeado por la pérdida a última hora en el mercado de una de sus referencias ofensivas, el equipo ha arrancado el curso con paso firme, tal y como demuestran los números. En la Liga ha sumado diez puntos en seis partidos, proyectando así 63,3 al final del campeonato, un guarismo que significaría en junio el cuarto billete continental consecutivo. Y en Europa, mientras, puede presumir de un pleno que invita a soñar con la primera plaza del grupo. Es decir, con acceder directamente a octavos y olvidar las competiciones internacionales desde principios de noviembre hasta entrado el mes de marzo. Oro puro. No pasa nada por llamar a las cosas por su nombre y, si juegan un partido pobre contra el Omonia, reconocer que los txuri-urdin han tenido una mala tarde. Pero tampoco conviene extrapolar las malas sensaciones de un encuentro puntual al proyecto en su conjunto. Un proyecto que pinta muy bien.
ALGUNOS DATOS
En Europa le cuesta a todo el mundo. Pero a uno le queda la impresión de que aquellos plácidos duelos de 2017 contra Rosenborg (4-0) o Vardar (3-0) han hecho mucho daño a la larga, porque hemos perdido la perspectiva de lo que significa en realidad competir en el continente. Esta temporada se han disputado hasta la fecha, entre la Europa League y la Conference, quince partidos de fase de grupos con clubes de las cinco grandes ligas (Inglaterra, Alemania, España, Italia y Francia) actuando como locales. Pues bien, solo cuatro de estos encuentros se han saldado con victorias caseras por más de un gol. La Roma tuvo que esperar a la segunda parte para marcarle (3-0) a un HJK Helsinki que jugaba con diez desde antes del descanso. El West Ham venció al FCSB (3-1) remontando una diana inicial de los rumanos en Londres. Y el Colonia vio el otro día cómo el modesto Slovacko checo le igualaba momentáneamente un 2-0 inicial (4-2 final). Únicamente la Lazio, que arrancó su duelo ante el Feyenoord con un contundente 4-0 en el minuto 63, ha logrado disfrutar de una noche relativamente tranquila (otro 4-2 final). Pero los de Maurizio Sarri tampoco son ejemplo de nada, pues luego en la segunda jornada viajaron a Dinamarca y se llevaron una manita (5-1) del Midtjylland.
EL OMONIA
Pues eso, que nadie gana ya los jueves sin bajar del autobús. El Friburgo alemán sufrió en casa para batir (2-1) al Qarabag de Azerbaiyán, y sin embargo es tercero en la Bundesliga. Tampoco anda mal en nuestro campeonato el Betis, que sudó tinta para imponerse (3-2) al Ludogorets búlgaro. Y la Real… Pues la Real las pasó igualmente canutas para vencer en Anoeta al Omonia, un rival posiblemente inferior a los citados Qarabag y Ludogorets en cuanto a calidad individual, pero muy aplicado y ordenado en materia defensiva. Quizás ahí estuvo la explicación al carácter espeso y falto de tensión que tuvo en muchas fases del partido el fútbol txuri-urdin: los chipriotas apenas amenazaban cuando robaban el balón, lo que hizo a los nuestros tomárselo con cierta filosofía, estando enfrente un rival que en materia colectiva sí que se las arreglaba, y bien, para taponar las vías hacia su propio área. Fue una tarde rara: música europea a plena luz del día, muchos cambios en el once y juego menos fluido de lo habitual, pero la página web de la UEFA confirma que los blanquiazules ganaron el partido. 2-1. Tres puntos. Seis de seis. Líderes.
EL ESPANYOL
“Jugando cada tres días, no podemos hacerlo siempre bien”, declaró Imanol el domingo tras la segunda victoria consecutiva en Anoeta. El recordatorio entró mejor en los oídos de los aficionados después de asistir al partido contra el Espanyol, duelo que significó una actuación notable por parte del equipo. Si algún día tiene a bien, Alguacil nos explicará a todos lo que le está suponiendo su ya famoso 4-4-2 con medular en rombo a la hora de preparar los partidos. Se trata de un dibujo tan particular en la Liga que un elevado porcentaje de rivales se siente en la obligación de variar su presión habitual para adaptarse al juego interior de los Silva, Merino, Brais y compañía. Así que al míster no le basta ya con analizar lo que viene haciendo el adversario de turno. Ahora le toca también intentar anticiparse y preparar antídotos para las nuevas soluciones que trabaje el contrincante. Visto lo visto anteayer, algo intuía “el gitano de Orio” sobre la zaga de cinco perica... ¿O quizás no? Con mucho o poco tiempo, tranquilo o a contrarreloj, en Zubieta o en el vestuario del estadio, configuró una ruta que, introducida en el GPS de los futbolistas, condujo a la Real al destino deseado. Victoria. Y descanso.