Donostia – Era el único que todavía no había podido debutar con el primer equipo y al que más ganas se le tenía que ver. Beñat Turrientes, por fin, se estrenó con la Real. Lo hizo de inicio, formando en el centro del campo junto a Zubimendi y Mikel Merino. Fue el primero que probó suerte, con un disparo, eso sí, muy centrado que Kiko Casilla atrapó sin problema alguno. Apenas se habían cumplido seis minutos del encuentro de Anoeta. Más tarde fue el protagonista de una acción que a punto estuvo de terminar en tangana. Un pase atrás de Januzaj estuvo cerca de ser rematada por el número 27 de la Real, pero lo impidió Mascarell, lanzándose al suelo. Turrientes acabó dolorido sobre el verde, algo que le fue a recriminar el propio futbolista del Elche. Hasta allí llegó Oyarzabal para proteger al joven centrocampista de la Real y para poner orden. Tuvo Turrientes una última intentona. Fue al final de la primera mitad, pero su disparo se marchó desviado.
La ovación que se llevó al ser sustituido seguro que no la olvidará el bueno de Turrientes. Anoeta casi se puso en pie para despedir a un futbolista en el que se tienen depositadas muchas esperanzas. Su primera puesta en escena resultó del todo convincente. Y la afición le premió con su primer gran reconocimiento. No será el último. Seguro.