La Real Sociedad ganó este domingo al Villarreal (1-0) en partido correspondiente a la octava jornada de la Liga. El cuadro txuri-urdin fue superior a los amarillos en un encuentro que encarriló en la primera parte, al interpretar muy bien lo que le requería el planteamiento visitante. Unai Emery opuso un 4-4-2 corto, estrecho y replegado que regalaba las bandas a los de Imanol. Y estos reaccionaron estableciendo unos circuitos exteriores para acercarse al gol: escoraron permanentemente a sus interiores, proyectaron a sus laterales y generaron hasta siete saques de esquina antes del descanso. En uno de ellos llegó la decisiva diana de Brais Méndez. Este es el análisis táctico del encuentro.
Aquí vemos al Villarreal con un 4-4-2 compacto, tanto a lo largo como a lo ancho. Objetivo: reducir al máximo los espacios interiores y 'ofrecer' a la Real la salida por fuera (espacios naranjas).
Imanol aceptó el reto. Los txuri-urdin apenas se arriesgaron a filtrar balones dentro y exploraron distintas vías exteriores. 1- Merino escorado. 2- Brais escorado. 3- Salida de tres retrasando a Zubimendi (a central) y a Kubo (interior). 4- Atraer en un ala y cambiar rápido a la opuesta.
Cuando la Real avanzó por banda, a los interiores del Villarreal (Pino-Coquelin) no les quedó más remedio que perseguir, y los de Emery se vieron a menudo cerrando con una línea de seis.
Consecuencia: numerosas situaciones de posible centro que terminaron en saques de esquina. Repetimos que la Real botó hasta siete en el primer tiempo, y en la segunda jugada de uno de ellos llegó el gol (imagen: Pino defiende en línea de fondo y genera un córner).
Del resultado al descanso también hay que destacar, en cualquier caso, el cero en la meta de Remiro. El Villarreal actuó replegado, sí, pero es peligrosísimo en las contras. La Real las evitó, para empezar, siendo muy valiente en la presión alta. Así quedaba atrás, en uno para uno.
EMPAREJAMIENTO A PARES EN TODO EL CAMPO. Líneas amarillas: el 4-4-2 del Villarreal mutaba con los movimientos de Lo Celso y Pino, y dejaba además a los laterales muy bajos en salida, porque Emery intuía el salto de Sola-Aihen a Pedraza-Kiko. Espacio naranja: Aritz-Pacheco (gran actuación) defendiendo dos para dos a campo abierto a Danjuma-Pino.
No solo fue esto. La situación descrita se produjo principalmente en saques de puerta. Pero también había que contener al Villarreal tras las pérdidas, evitando pases interiores peligrosos (vía exterior). Además, hubo contundencia al frenar salidas (imagen: falta de Zubimendi).
Hubo buenas coberturas del lateral opuesto al foco de ataque cuando subía su compañero por la otra banda (imagen: Aihen en vigilancia a Lo Celso).
Y hubo también una buena interpretación de las situaciones por parte de Zubimendi, quien además de facilitar la salida de tres ejercía de tapón atrás cuando tanto Sola como Aihen ensanchaban el campo más arriba.
SEGUNDA PARTE. Tras 45 minutos en los que un contexto más cerrado no le había servido para acercarse a Remiro, y ya en desventaja, el Villarreal abrió el partido desde sus cambios al descanso (Morales-Jackson por Danjuma-Pino) y una actitud mucho más osada en la presión. Dio la impresión de que, en el arranque de la segunda mitad, Emery arriesgó incluso demasiado. Emparejó a sus laterales con Brais y Merino, dejando a Pau-Albiol con Kubo-Sorloth a campo abierto. La Real amenazó con envíos peligrosos a los espacios naranjas.
Luego el entrenador hondarribiarra pareció matizar algo ese bloque alto, siendo más conservador con los laterales para mantener un cuatro para tres atrás. Lo logró también gracias a la posición intermedia de Coquelin entre Sola y Brais, flotando al lateral si hacía falta.
La Real siempre se adaptó a las circunstancias. Arriesgó en salida, consciente de que había premio a las espaldas amarillas. Y se ajustó a los cambios del rival manteniendo la marca de Merino a Lo Celso (ya escorado) y dejando a Pacheco con un punta más claro como Morales (zona naranja).
Esta vez sí duró la gasolina. Minuto 81: hasta aquí viene a apretar la Real, con Sola a la altura del área rival y Zubimendi ganando también muchísima altura.
El paso atrás para conservar la ventaja no llegó hasta muy al final, con los txuri-urdin dibujando ya una especie de 5-2-3.
Toca destacar el partido de los dos laterales, Sola y Aihen. Fueron argumentos ofensivos principales en la primera parte. Y mantuvieron el tipo en este tramo final. El Villarreal les buscó juntando futbolistas dentro y cambiando de orientación a su zona (aquí a Pedraza).
Y fue interesante observar cómo Emery terminó con un central como Mandi (1,85) de lateral (en lugar de Kiko) para buscar también esos cambios de juego y los duelos aéreos con Aihen. Objetivo amarillo: meter el balón en el corazón del área a través de las cabezas de sus laterales.
La Real pudo conservar el resultado y consiguió una victoria que le deja con 16 puntos de 24, un promedio que proyectado a la temporada entera significa Champions. Costará mantener el ritmo, pero las cifras dejan bien claro que el balance del curso hasta la fecha es sobresaliente.