Un acuerdo entre las partes personadas en la causa ha supuesto una enorme rebaja en las peticiones de pena para un acusado de haber agredido sexualmente en varias ocasiones a su expareja en Pamplona. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra acogía esta mañana un juicio en el que el Ministerio Fiscal solicitaba un total de 47 años de prisión, pero el acuerdo ha permitido finalmente al acusado que su condena se quede en tres años de prisión, 60 días de trabajos comunitarios, doce años de alejamiento y prohibición de comunicación y al pago de una indemnización de 20.000 euros por los daños causados a la víctima. El acusado no ingresará en prisión si paga la responsabilidad civil, no vuelve a cometer un delito en 4 años, se somete al programa de reeducación sexual y cumple otros 108 días de trabajos comunitarios.
El acuerdo ha sido posible después de que la acusación por un abuso sexual y tres agresiones sexuales consumadas decayera y solo se le condene por dos intentos de agresión y un delito de acoso. En el escrito de acusación, el fiscal relata que el procesado mantuvo desde 2010 una relación sentimental con una mujer con la que tuvo dos hijos. La relación cesó en diciembre de 2020 aproximadamente.
La conformidad dice que el acusado, guiado en todo momento por el deseo de satisfacer sus propios deseos libidinosos perpetró los siguientes hechos:
En el verano de 2021, entró en en pasillo del domicilio de la víctima, intentó desnudarla y tirarla al suelo para agredirla mientras ella le pedía que cesara en su actitud y en otra ocasión ocurrieron hechos similares en el baño del domicilio y en marzo de 2022.
Además, el procesado ha sido condenado por acoso, al acreditarse que guiado por un ánimo de impedir que ella llevase una vida normal y sin el consentimiento de la misma ha venido acercándose a su puesto de trabajo o domicilio o realizándole llamadas habitualmente así como enviarle flores o dejarle notas manuscritas.
Los hechos relatados llevados a cabo por el encausado han alterado gravemente la vida cotidiana de la perjudicada manifestándose en inquietud, nerviosismo y tensión. Todo ello ha derivado en una alteración de su vida cotidiana. La perjudicada fue examinada por los psicólogos forenses adscritos al Instituto Navarro de Medicina Legal detectándole un cuadro preferentemente ansioso y sentimientos de culpabilidad, siendo la misma compatible con la vivencia de tales hechos, generándole alteración en su funcionamiento vital ordinario en los ámbitos personal, social y familiar principalmente.
En mayo de 2022, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº 1 de Pamplona dictó Auto en el que se impuso al acusado la prohibición de aproximarse a su expareja y a su domicilio.