A sus 87 años –los cumple hoy mismo–, Antonio Fernández de Quincoces conserva un vasto archivo documental y fotográfico sobre el desaparecido ferrocarril vasco-navarro y presume además de una memoria privilegiada de la que emanan todo tipo de apuntes históricos, anécdotas y recuerdos personales en torno al trenico.
No resulta nada extraño teniendo en cuenta que este vecino de Gasteiz, además de ser hijo y hermano de ferroviarios, nació en una de las pequeñas localidades donde el vasco-navarro tenía parada, Retana, en su camino hacia la comarca del Alto Deba.