Las infecciones de transmisión sexual (ITS), como sostiene el último boletín del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN), constituyen “un problema de salud pública de importancia creciente por su fácil contagiosidad, el aumento de resistencias antimicrobianas y la posibilidad de cronificación, infertilidad, abortos, secuelas y transmisión madre-hijo en los casos que no se diagnostican pronto y no se tratan correctamente”. El citado informe también concluye que ha aumentado su incidencia en el periodo de 2016 a 2022, alcanzado “tasas altas”. Concretamente, en estos últimos siete años se han diagnosticado 4.754 casos de sífilis, gonococia, clamidia y linfogranuloma venéreo.
Al respecto, los expertos de Salud Pública advierten de que “muchas de las infecciones cursan de forma asintomática, aunque son igualmente transmisibles, por lo que los casos notificados reflejan solo una parte del problema real”.
Este trabajo destaca que los hombres de 25 a 34 años presentan la mayor incidencia de sífilis, infección gonocócica y linfogranuloma venéreo. En cambio, el boletín señala que la infección por clamidia se detectó más frecuentemente en mujeres de 15 a 24 años, si bien lo atribuye a que se ha incorporado este cribado en las revisiones ginecológicas.
Los especialistas, que consideran que “la situación epidemiológica de Navarra es similar al promedio del Estado”, estiman necesario “impulsar la educación afectivo sexual y la promoción de estilos de vida saludables, fomentando prácticas sexuales seguras y el uso de medidas de protección” para prevenir nuevas infecciones.
Asimismo, recuerdan a los profesionales sanitarios que en toda consulta por sospecha de una ITS o por una exposición sexual de riesgo es importante llevar a cabo un diagnóstico microbiológico y el tratamiento del caso, descartar otras ITS, estudiar y tratar a la pareja o parejas sexuales, fomentar el consejo preventivo y considerar la indicación de la vacunación frente a la hepatitis A y B.