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Registran siete muertos en Euskadi por exceso de calor

El Instituto de Salud Carlos III constata en todo el Estado un total de 771 defunciones en julio
Dos personas hacen frente a una ola de calor en Bilbao comiéndose un helado.
Dos personas hacen frente a una ola de calor en Bilbao comiéndose un helado. / Oskar González

Hasta 771 defunciones podrían haberse registrado en el Estado español en julio por el exceso de calor, siete de ellas en Euskadi, y ha sido la cuarta semana, la que va del 22 al 28 de julio, la más afectada, según estimaciones del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Según el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del ISCIII, los últimos días de julio (del 29 a 31) también podrían haber registrado más fallecimientos atribuibles a la ola de calor.

A medida que ha ido avanzando el mes las estimaciones de mortalidad han ido creciendo: 37 en la primera semana, 49 en la segunda y 102 en la tercera. En el mes de julio, según este sistema de vigilancia de mortalidad diaria, se han notificado 32.582 muertes, con un exceso de 824 “por todas las causas” y de ellas, 771 son atribuibles a la temperatura.

Los días de calor extremo pueden agravar los riesgos en personas con enfermedades crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o las enfermedades respiratorias y pueden provocar lesiones renales aguda, en el sistema nervioso central y en el sistema músculo-esquelético. Esto ocurre debido a que el aumento de temperatura se asocia a una respuesta inflamatoria sistémica, debido a la incapacidad del cuerpo para compensar la temperatura central y disipar el exceso de calor. La sobrecarga a la que se ve sometido el organismo al intentar enfriarse también afecta al corazón y los riñones”, explica María Andrea Castillo, médica de Familia.

En las ciudades, la situación se agrava ante el calor extremo. “Las áreas urbanas experimentan temperaturas más altas que las áreas circundantes debido a la concentración de edificios, carreteras, pavimentos y actividades humanas. Este efecto es especialmente notable durante las noches, ya que, al descender la temperatura ambiente, los materiales urbanos liberan la energía del sol recibida, elevando las temperaturas nocturnas”, añade Jesús Miguel Santamaría, de la Universidad de Navarra.

2024-08-03T06:31:03+02:00
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