A falta de cinco jornadas por jugarse, y a un partido del Breogán, que es noveno, y compartiendo el décimo, que también concede el premio de jugar en Europa el curso venidero, con Obradoiro y Murcia, Bilbao Basket afronta esta tarde (19 horas) el choque que corresponde a la semana pasada y que quedó pendiente por la presencia de su rival, el Tenerife, en la Champions League.
El último acto vivido en Miribilla deparó la desbordante alegría de tumbar al coloso Barça. Desde entonces se han consumado los reveses en Fuenlabrada y Valencia, y toca regresar a la versión casera que le hace ser un bloque temible por mucho que otro de los grandes llegue, como es Txus Vidorreta y su escuadra isleña, laureada en el continente y que persigue otro cetro, y que aparece como el gran tapado de esta edición liguera.
Preparando la Final Four de su competición fetiche que llega en quince días, el conjunto chicharrero aspira a ser el cuarto de la liga regular y así privar a Unicaja del factor cancha. Todo un aliciente en esta visita a su Botxo del coach de Indautxu, que ya ganara (72-74) en el Bilbao Arena hace apenas mes y medio, también en la BCL.
Con las ausencias de Ludde Hakanson y Jeff Withey, el gran objetivo de los negros para por frenar la conexión Marcelinho-Shermadini, que propicia que los canarios sean de lo más solventes en facetas del juego de capital importancia como el bloqueo directo, el rebote y el triple. La escuadra bilbaína viene sufriéndolo de manera sistemática, y también Baskonia lo ha probado en sus carnes recientemente.
Jaume Ponsarnau ha querido trasladar en las horas previas un mensaje de optimismo ante lo que hoy llega. "Veo que somos un grupo con menos virtudes, pero si las vamos encajando durante el partido, somos competitivos. Si no se encuentra inspiración ni acierto, somos muy vulnerables. Pero si las encontramos podemos ganar a cualquiera. Somos menos sólidos y consistentes, pero sí con una capacidad de agarrarse a la energía, y eso tenemos que aprovecharlo, y más en Miribilla".
Tras Tenerife, quedará, también en casa, medirse a Manresa, Breogán y Unicaja, y después de once derrotas consecutivas a domicilio, viajar a Sevilla y Murcia. Un calendario ciertamente asequible.