Álex Remiro jugó 50 de los 51 partidos disputados por la Real Sociedad durante la pasada temporada 2022-23. Solo se perdió, por decisión técnica, la visita copera al Cazalegas. Y ahora, de cara al curso entrante, apunta a aglutinar de nuevo un amplísimo porcentaje de los minutos bajo palos. Pese a todo ello, el ejercicio entrante tiene todos los visos de dibujar una nueva portería para el equipo txuri-urdin, como consecuencia de unos movimientos que Roberto Olabe ya dejó entrever a principios de junio y que, de materializarse, depararían nuevos roles y nuevas caras alrededor del meta navarro. Unai Marrero ascendería un peldaño en el escalafón para acompañar al de Cascante en la primera plantilla. Y ejercería el rol de tercer meta un Gaizka Ayesa (2001) que, pese a regresar de una cesión en el Numancia, sigue pudiendo por edad jugar con los mayores y volver al filial.
El verano es largo aún y susceptible de deparar sorpresas, pero la salud de la portería txuri-urdin y las perspectivas de futuro invitan a dar continuidad al plan teóricamente trazado por el director de fútbol, plasmado además en las sesiones de puesta a punto que ya se desarrollan en Anoeta (Remiro ha adelantado su vuelta al trabajo). Así procede si tenemos en cuenta, para empezar, el momento de un Álex Remiro cuyo crecimiento prosiguió durante este pasado curso. Tras dos buenas temporadas entre el aterrizaje de 2019 y el final de la 2020-21, su primer gran salto de calidad llegó durante la campaña 2021-22, en la que compitió por la titularidad con Matt Ryan. El propio Remiro atribuyó a esa pugna su proceso de mejoría, por lo que la nueva temporada con Andoni Zubiaurre como compañero de baile generó dudas sobre el modo en que el portero navarro iba a verse apretado.
"Esto va de autoexigencia. Desde que estoy en el fútbol profesional he tenido mejores y peores compañeros, pero te das cuenta de que sobre todo dependes de ti mismo", se replicó a sí mismo el de Cascante el pasado septiembre, con el mercado ya cerrado, una vez que se supo cuál iba a ser su competencia. Durante los nueve meses posteriores convirtió en buenas sus palabras haciéndose cada vez más grande y firmando números de auténtica locura. Solo encajó 40 goles en los mencionados 50 partidos (menos de uno por encuentro), dejó la puerta a cero en 23 ocasiones (casi en la mitad de sus participaciones) y ofreció además intervenciones brillantes y decisivas para el logro de determinados resultados, siendo especialmente significativo su papel en el empate en el Bernabéu (0-0). Además, siguió acreditando un sobresaliente juego de pies y terminó el curso, en Anoeta ante el Almería (36ª jornada), acabando de un plumazo con los fantasmas de una de sus posibles asignaturas pendientes, las salidas a por balones aéreos.
La Real encuentra en Remiro la estabilidad necesaria para dar tiempo y confianza en el largo plazo a un portero de la cantera, apuesta que encarna Unai Marrero (Azpeitia, 2001). Es un meta de evolución tardía, si atendemos a su trayectoria, pero los pasos que ha dado durante los últimos meses resultan convincentes. En la 2021-22 militó en la Real C, asomando con garantías en el Sanse (Segunda División) cuando le tocó echar una mano. Este pasado curso ha sido el arquero titular del filial, ya inmerso de lleno en la dinámica del primer equipo. Y la nueva campaña apunta a ser la de su salto definitivo. Tiene envergadura, reflejos y un muy buen desplazamiento de balón.
ZUBIAURRE Y EL MERCADO, LAS OTRAS DOS OPCIONES
Nada puede darse por seguro a estas alturas del curso y, aunque el tridente Remiro-Marrero-Ayesa es el favorito para terminar cubriendo la portería realista esta próxima temporada, también existen alternativas a la mencionada combinación. Así, apostar de nuevo por Andoni Zubiaurre o acudir al mercado significan posibilidades que no deben descartarse si se analiza el panorama de una forma global.
El propio Zubiaurre tiene contrato en vigor, tras renovarlo hace justo un año. El anterior le ligaba a la Real hasta el 30 de junio de 2022 y dicha fecha fue superada sin que el acuerdo se prolongara, pero esto sí sucedió pasados unos días y el meta se vinculó de nuevo al club hasta 2024. Tiene cartel en Segunda División tras sus buenas actuaciones en la categoría con el Sanse, por lo que una salida resultaría viable. Pero la Real también podría apostar por ceder a Marrero para que este tenga minutos y mantener al propio Zubiaurre en el plantel.
Otra opción para cubrir un hipotético préstamo del azpeitiarra residiría en acudir al mercado, aunque esta es una posibilidad que parece ahora más lejana que el verano pasado. Entonces el nombre de Álvaro Fernández, portero del Huesca que recalaría finalmente en el Espanyol, llegó a sonar con mucha fuerza, sin que finalmente se incorporara al equipo txuri-urdin. Cambia respecto a la pasada pretemporada que a la realidad que supone Remiro se ha sumado el crecimiento de Marrero, una dupla que apunta a ser de garantías y que, en caso de explorarse el mercado, implicaría la búsqueda de apoyos para un plazo más corto.