El brote de covid-19 ocasionado tras el impulso de las fiestas de San Fermín comienza a remitir en Navarra, tras descender a la mitad las consultas en Atención Primaria (AP) y los ingresos por coronavirus en la última semana. Los casos se habían disparado en las dos semanas anteriores, tras aumentar considerablemente la circulación del virus SARS-CoV-2, aunque la intensidad y gravedad de la enfermedad que ocasionaba se mantuvo en niveles bajos, y así continúa esta semana también.
Según el informe epidemiológico que semanalmente elabora el Instituto de Salud Pública y Laboral (ISPLN), el número de consultas en AP por infección respiratoria aguda ha descendido. La tasa se situó en la semana entre el 24 y el 30 de julio en 337 casos por 100.000 habitantes, de los que 151 por 100.000 fueron casos de covid-19, y cuatro por síndrome gripal. Desciende, y mucho, la tasa si se compara con la arrojada en la semana del 17 al 23, cuando se detectaron 253 casos de coronavirus por 100.000 habitantes, pero sigue en índices muy altos si la comparación se hace con la primera semana de julio, cuando la tasa fue de 19 por 100.000.
En lo que respecta a las hospitalizaciones, 17 personas más han ingresado por complicaciones derivadas de la covid-19, lo que unido a los ingresos registrados en las anteriores semanas, deja un balance de 66 hospitalizaciones en las últimas tres semanas. Entre el 17 y el 23 de julio ingresaron 31 pacientes en los centros hospitalarios, la semana con más internamientos desde que comenzó el año, y entre el 10 y el 16, lo hicieron 18.
Así, el pasado domingo 51 pacientes permanecían ingresados en los hospitales navarros a causa del coronavirus, uno más que a principios de la semana pasada. Sin embargo, a pesar de que cuando comenzó la semana del 24 al 30 no había ningún paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos, sí los había cuando terminó: dos, en concreto. A lo largo de la semana pasada, dos personas fallecieron por la covid-19 en Navarra.