Todo parecía perdido con el gol de Unai Simón en propia puerta. Pero ese tanto, un churro en toda regla, fue un punto de inflexión en un encuentro cerrado, jugado con muchísimo respeto por ambos equipos, en el que las ocasiones habían brillado por su ausencia y que quizá hizo replantearse a los jeques saudíes si realmente merecía la pena gastarse un dineral como el que se han gastado –40 millones por tres partidos– en atraer hasta su país un campeonato que solo interesa entre sus ciudadanos porque Real Madrid y Barcelona participan en él. Basta con ver el aspecto de las gradas de uno y otro partido para comprobar este hecho. Pero fue entonces, tras una primera hora que aburrió hasta al aficionado más pasional, cuando se desató la tormenta rojiblanca, que volvió a lucir ese extraño color verde de su segunda equipación. Al primer aviso de Iñigo Martínez que salvó sobre la misma línea de gol un inspiradísimo Oblak, le siguió un nuevo intento de Iñaki Williams, que se topó con el meta esloveno, que nada pudo hacer para evitar los tantos de Yeray Álvarez y Nico Williams. Remontada y a la final.
El Athletic no le perdió la cara al partido cuando todo iba encaminado a ello. Pocos equipos están en condiciones de remontarle al Atlético de Madrid, si bien tampoco puede pasarse por alto que este Atlético dista mucho del que se proclamó campeón de liga la pasada campaña. Es (muy) rácano en su propuesta pese al grandísimo desembolso que ha realizado en su plantilla, la que muchos consideran la mejor de su historia e incluso catalogaron como la más compensada de cuantos equipos componen el torneo de la regularidad, y semana tras semana demuestra muchas fragilidades, especialmente en defensa. Detectó el Athletic por dónde tenía que llegar su heroica remontada y, sin nada que perder, pues ya estaba perdido, encontró el premio a jugar sin miedo. El Athletic del rock n roll.
Semifinal de la Supercopa: Atlético - Athletic. Fotos: EFE y AFP
acertó, incluso dando entrada a Vesgael gasteiztarra mejoró el rendimiento de Zarraga. Iñigo encogió el corazón de los hinchas madrileños y el Athletic se crecióEl fútbol desplegado poco importa en este tipo de choques, los análisis se olvidan rápido en citas que se deciden a una carta, pero casualidad, el Athletic mejoró cuando se soltó, perdió el miedo a perder y asumió más riesgos. Algo calcado a lo que sucedió contra el Betis y Osasuna, curiosamente en las otras dos remontadas firmadas este curso por los leones. Toma nota, Marcelino.
octava semifinal ganada
Al margen de cuestiones tácticas, no puede pasarse por alto la capacidad competitiva del equipo –sí, cierto es que le cuesta un mundo ofrecerla en las finales de Copa–, que se manifiesta en las semifinales de los distintos torneos en los que ha participado últimamente. Sin ir más lejos, ha superado las ocho últimas rondas previas a las finales en las que ha participado. Todas desde que perdió ante el Betis en el torneo del K.O. en la campaña 2004-05. Sevilla, Mirandés, Sporting de Portugal, Espanyol, Granada, Real Madrid, Levante y Atlético de Madrid, en ese orden, han mordido el polvo frente al Athletic, que anoche, en Riyadh, firmó una remontara para soñar con un nuevo título. El Madrid espera en la final este domingo. Quién dijo miedo.
La cifra
4
Son los partidos que el Athletic le ha ganado al Atlético de Madrid desde que se vieron las caras en la final de la Europa League en la temporada 2011-12. El balance en los 22 encuentros restantes, disputados todos con Simeone en el banquillo, es de cuatro triunfos, cuatro empates y catorce derrotas.