El debate sobre la implantación de las energías renovables en el territorio alavés y la fiscalidad, como manera de ayudar a las familias y empresas a capear el alza de los precios y las consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania, coparon ayer la segunda jornada del debate de política general de las Juntas Generales de Álava. Una segunda sesión en la que participaron los grupos de la oposición para dar réplica al discurso del diputado general de Álava y que tuvo un fuerte aroma preelectoral al iniciarse este último año de legislatura. Ramiro González buscó un posicionamiento de EH Bildu sobre las renovables que, finalmente, no se dio. El portavoz de la formación abertzale, Kike Fernández de Pinedo, pidió alcanzar “amplios consensos” al respecto, pero con “planificación y preservando la biodiversidad”. En este sentido, recordó que de los cinco proyectos planteados por Aixeindar en Álava, a tres “renunciaron por incapacidad manifiesta en la gestión, uno estaba en espacio protegido y otro invadía el espacio aéreo de Foronda”. La respuesta no gustó al diputado general de Álava. “Le ofrezco un acuerdo, pero no pretendan imponer sus condiciones. Han llegado los últimos y andamos ya tarde”, les advirtió. “La soluciones de algunos son solo para el consumo doméstico, pero no para la industria ni la movilidad. Son imprescindibles los proyectos de generación intensiva de renovables, pero tenemos a la EH Bildu más radicalizada de Euskadi que se opone a todos los proyectos”, añadió. Elkarrekin Araba reclamó disponer primero del Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables antes de emprender cualquier proyecto. Su portavoz, David Rodríguez, censuró que “PNV y Bildu están más entretenidos en su pugna electoral que en implantar renovables” y criticó la “pésima planificación” del Gobierno foral, quien “no ha hecho nada” al respecto “en toda la legislatura”. El único que no entro al debate energético fue el portavoz del PP, Iñaki Oyarzábal, quien evitó las alusiones sobre la propuesta de Castilla y León para reabrir la central nuclear de Garoña. “Me la trae al pairo”, sentenció.
Fiscalidad
La oposición al unísono demandó acometer un debate sobre fiscalidad, pero cada uno con sus matices. EH Bildu pidió abordar una reforma fiscal que “grave los beneficios y las rentas de capital y alivie a las clases populares”. El PP ofreció su mano para alcanzar acuerdos en la transformación económica y abordar una reforma fiscal “seria” ante las “medidas insuficientes” de la Diputación para “paliar la inflación”. Elkarrekin Podemos cuestionó la deflactación en el IRPF que “beneficia mucho más a la rentas altas” y pidió un cambio tributario, ya que “la recaudación de impuestos asfixia a los trabajadores”. Ante estas peticiones, González abogó por “no introducir grandes modificaciones tributarias tal y como se está haciendo en Europa”. “La política fiscal tiene que garantizar el mantenimiento de los servicios públicos de calidad y atraer empresas a Álava”, explicó. Su socio de gobierno, el portavoz del PSE, Jon Nogales, defendió que la fiscalidad “alivia la subida de precios” e “incentiva la transición energética”, pero “no es la herramienta para garantizar el poder adquisitivo”. Para unos, “no hay alternativa en la oposición” y, para otros, el gobierno carece de “iniciativa” y “acción”. Nada nuevo en la apertura de un curso preelectoral.