Las infraestructuras vascas han visto resentida su actividad desde que en marzo del 2020 estallara la pandemia. No obstante, el fin de la emergencia sanitaria está propiciando que este tercer trimestre del año se afronte con retos e ilusiones renovadas. El objetivo pasa por recuperar el trasiego habitual, lógicamente, con un cuidado extremo para evitar riesgos derivados de la situación sanitaria.
Es el caso del Puerto de Bilbao, el más relevante en el norte del Estado, que en los últimos meses ha sufrido una intensa transformación. Desde su fundación hace más de 700 años, han sido numerosos los cambios a los que la infraestructura ha tenido que hacer frente: la mejora del tráfico de buques por la Ría,el diseño y puesta en marcha del Puerto Exterior, la organización óptima de la logística digital..
Pero la pandemia ha supuesto uno de los retos principales en el transporte de mercancías y también, claro está, en la parada de la actividad a nivel turístico, una importante fuente de ingresos que se está recuperando desde este año. ¿Cómo ha afectado esta situación al mercado de los cruceros? ¿Están notando los problemas de suministro que se han generado a nivel mundial? ¿Cómo es la relación con otros puertos? Nos responde el director de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Carlos Alzaga.