Los Bolos a katxete no atraviesan su mejor momento debido a la situación que se ha generado por las limitaciones sanitarias y de seguridad impuestas tras la aparición del covid-19 a este deporte minoritario, que se juega siempre al aire libre y donde el riesgo de provocar grandes concentraciones de aficionados es hoy día una entelequia.
"La pandemia nos está haciendo mucho daño porque, al ser un deporte que tiene su máxima expresión en los concursos que se organizan con motivo de las fiestas patronales de los municipios y los barrios de Ezkerraldea y Meatzaldea, cuando desaparecen del calendario estas fiestas los aficionados se quedan sin expectativas para poder jugar y a causa de ello, de prepararse y, entrenarse. En 2020 se vivió un parón prácticamente total y este año el calendario es mínimo", señala Roberto Ruiz, directivo de la sociedad de bolos a katxete Talka de Urioste y representante de esta singular modalidad bolari en las federaciones vizcaina y vasca. "Tal vez el hecho de que este año la Federación Vasca de Bolos nos haya aceptado, al igual que otro bolo que solo se juega en una zona concreta de Araba, resulte un motivo de expectativa y de esperanza de futuro gracias a las ayudas que nos pueda procurar de ahora en adelante porque, además, el bolo a katxete empezó el año con la triste pérdida del joven bolari de Zierbena, Jon Ander Soto. Un gran jugador que compaginaba el bolo con su afición y práctica en el mundo de la pelota en la Sociedad pelotazale Barbadun de Muskiz", recuerda.
Una temporada que interlocutores como Gonzalo Soto y Juan Ramón Leiva, del carrejo de La Arena; Javier Mendibe, de Sanfuentes; Peru Maza, de Gorostiza o Marga Martínez, de La Cuesta, no dudan en calificar de "muy gris" con tan solo tres concursos celebrados hasta ahora en Sanfuentes, La Cuesta y el ayer en Urioste, al que se sumará el concurso de San Ignacio en La Arena que hubo de posponerse el pasado 31 de julio y que se tendrá lugar el domingo de 5 de septiembre. Finalmente, Gorostiza organizará el concurso de Nuestra Señora el 8 de septiembre poniendo fin al calendario oficial de este año que podría extenderse con algún desafío entre carrejos. Además, "con la pandemia nos afecta mucho, por ejemplo, en un tema primordial como la bola de guayacán con la que se lanza y cómo se sujeta". Y es que "hasta ahora se solía usar tu propia saliva para mejorar la fijación y luego se limpiaba con una toalla, pero eso ya no se puede hacer". Entonces, "cada carrejo debe traer su propia bola y hemos tenido que implementar un spray pulverizador con un gel diluido para buscar esa fijación y en el cajón donde se limpian los bolos hemos puesto agua con lejía para desinfectarlos entre tirada y tirada", reseñan Juan Ramón Leiva y Gonzalo Soto.
"Que no se desenganchen"
"La cosa es que, en una temporada normal, los concursos comienzan en Mayo por San Bernabé en Urioste y luego las cosas van rodadas, pero como este año se ha tenido que cerrar todo a última hora y deprisa, mucha gente ni se ha entrenado y hay un cierto miedo a tirar", apunta Gonzalo Soto mientras que Roberto Ruiz añade que la intención es que "la temporada no se quedara vacía y al menos con estos eventos los aficionados no se desenganchen".
La barakaldarra, María José Maza, bolari de la sociedad de Bolos a Katxete de Gorostiza se erigió ayer en gran protagonista del concurso de bolos a katxete femenino celebrado en el carrejo ortuellarra de Urioste. Una cita en la que tomaron parte un total de 21 bolaris procedentes de los carrejos de El Regato, Gorostiza, Kabiezes, La Cuesta y Urioste, que concluyeron la jornada con un resultado discreto en el marcador, ya que la ganadora se impuso con tan solo 13 bolos al final de las tres bolas que lanzó (5+5+3 bolos)
Un actuación de la bolari barakaldarra que le sirvió también para llevarse el premio de la bola de oro al sacar seis bolos en el desempate que tuvo que realizar con varias jugadoras que también habían logrado sacar 5 bolos en una tirada. Una de ellas, la bolari de Urioste Ainhoa Hernández, a la postre subcampeona del concurso con 10 bolos, a la que penalizó la blanca (0 bolos) de su primer lanzamiento, ya que en las dos bolas restantes sacó 5 bolos en cada una. En tercera posición se clasificó Iraide San Martín del carrejo de Sanfuentes con 9 bolos. El palmarés de la prueba se completó con el premio de veteranas, que fue a parar a la bolari de La Cuesta (Zierbena), Anabel Sasía, y el de menor de 18 años que recayó en la también zierbenata, Nerea Cantero.
Las cifras de esta cita uriostarra son muy parecidas a las registradas en el primer concurso femenino de la temporada celebrado a principios de julio en Sanfuentes (Abanto Zierbena) en la que se impuso, con 9 bolos, Verónica Zurdo, del carrejo de Urioste seguida de Zuriñe San Martín de Sanfuentes con 8 y Andrea Aranda de Urioste con 7. Por contra, el concurso celebrado este viernes en La Cuesta ofreció un mejor nivel. Allí, la joven bolari de 17 años Naroa Renovales se adjudico el certamen de La Cuesta con 17 bolos (4+6+7) . El segundo lugar fue para la bolari de Sanfuentes Iraide San Martin con 13 bolos, y completó el podio la zierbanata Lorena Renovales, que ganó el desempate a Verónica Zurdo de Urioste con la que había empatado a 12 bolos. Cabe destacar el alto nivel ya que sus siete primeras bolaris alcanzaron mínimo los diez bolos.
En cuanto al plantel masculino, Sanfuentes abrió el camino con el concurso de Santa Lucía con 34 bolaris. Urioste logró colocar a 5 de sus bolaris entre los diez primeros. El concurso lo ganó Jagoba Malaxetxebarria con 10 bolos quien también venció en 2019 en Sanfuentes. La bola de honor fue para Iván Tajada con 8 bolos. El premio de veteranos lo ganó Gonzalo Soto. Malaxetxebarria de Urioste volvió a ganar el concurso de La Cuesta el mes pasado. "Jagoba tuvo una actuación redonda con 19 bolos y consiguió la bola de honor con 8. El pódium lo completaron Liher Cortazar y Mikel Vega también de Urioste", destacó Aitor Zamarripa de Talka.