La cornisa cantábrica sigue aislada de la alta velocidad ferroviaria. Las primeras unidades llegaban hace un tiempo a Galicia; y la entrada en el circuito de la CAV todavía tendrá que esperar unos añitos. Nada se sabe de Asturias y de Cantabria, aunque hoy se ha presentado un documento con media docena de alternativas constructivas para enlazar Santander con Bilbao (y viceversa) en una hora, frente a las tres actuales.
Eso no quiere decir que vayan a circular unidades de alta velocidad. La documentación aportada por el Ministerio de Transportes no hace mención. Sería, más bien, un tren rápido que incluiría al menos dos paradas en las localidades cántabras de Laredo y Castro Urdiales, dos destinos veraniegos muy frecuentados por los vizcainos y vascos en general.
No en vano, uno de los objetivos que han motivado la elaboración de este informe de viabilidad técnica y económica es convertir al ferrocarril en una "alternativa competitiva" a la A-8. La propia ministra ha expresado que se trata de un proyecto "basado en una alta demanda de pasajeros" -unos 2,5 millones de viajeros anuales, calculan- y mercancías unos 20 millones de toneladas-". Y ha redondeado Raquel Sánchez durante la presentación del Estudio de viabilidad y alternativas Corredor Cantábrico-Mediterráneo, que esta infraestructura profundizará en la intensa conexión social y económica entre Euskadi y Cantabria.
De momento, lo único en papel son las seis alternativas en estudio para cubrir 100 kilómetros que rebajarán a una hora de viaje -paradas incluidas- la conexión ferroviaria entre ambas capitales, incluyendo los 20 kilómetros de la Variante Sur Ferroviaria de Bilbao que permitirá la llegada a Abando en un trazado caracterizado por la necesidad de construir túneles y viaductos en dos terceras partes del recorrido, según recoge la memoria del informe.