Negar la evidencia sería un error: la lesión de Iñaki Artola y su recuperación para la final del Manomanista del 20 de junio se mecían sobre la final de consolación disputada este domingo en el frontón Uranzu de Irun como una espada de Damocles. Las dudas alimentadas por Baiko Pilota, que reconoció la dolencia del delantero de Alegia pero no ha hecho pública la gravedad del problema en el dorsal –"la intención y la esperanza es que llegue bien a la final", ha recitado Unai Iglesias, responsable comercial de la operadora–, dotaban el enfrentamiento entre José Javier Zabaleta y Beñat Rezusta de una trascendencia inopinada para un enfrentamiento a estas alturas. La sensación de semifinal recorría cada latido de la contienda.
Y en tamaña hipótesis: la de la posibilidad de abrirse el paso a una cita por la txapela del Manomanista por incomparecencia de uno de los finalistas, el zaguero de Bergara ha mostrado su nivel y competitividad en el individual. Rezusta ha convencido en una cita ciertamente descafeinada, en la que Zabaleta ha vuelto a acusar problemas a la hora de restar, como en la semifinal ante Altuna III. El guardaespaldas de Etxarren ha encajado ocho saques frente al pegador guipuzcoano; Jokin le metió nueve. Dos sangrías en este aspecto, en dos 8-22, que han empañado sus dos primeras eliminatorias en la especialidad, en la que asomó huracanado y potente, con la dinámica positiva del Campeonato de Parejas, donde conquistó la txapela con un dominio excepcional: pegada, velocidad, seguridad, sensación de superioridad.
Si Artola no se recuperase a tiempo para el partido del 20 de junio, Rezusta pugnaría con Altuna III en el frontón Bizkaia de Bilbao.
En el naufragio de Zabaleta se ha llevado el bronce Rezusta. El zurdo ha apretado con el sotamano, ha metido ritmo, ha hurgado en la incomodidad de su rival y se ha erguido como un estupendo manomanista. Ha acertado en el planteamiento. "No me interesaba un juego clásico", ha expresado el zaguero de Bergara. La velocidad, el pelotazo torcido y la anticipación han ido cavando más hondo en la cuneta de la final de consolación, que se ha esfumado por el sumideron en apenas 40 minutos.
Asimismo, desde el 1-3, un tanto muy duro en el que Zabaleta ha tenido que defender pelotazos complicados de Beñat, José Javier se ha ido diluyendo físicamente. Únicamente ha podido mostrar su derecha brillante en dos pelotazos potentes que han puesto el 4-4. Después, un ventarrón azul. Después, la confirmación de Rezusta, que ha tomado cuerpo en una tacada de seis tantos que ha puesto los cimientos de la victoria del guipuzcoano. Un fallo de zurda no ha cambiado la tendencia. Rezusta, superior en todo, ha seguido sumando cartones. Política de tierra quemada. La pelota del bergararra le ha hecho un roto. Zabaleta, entretanto, ha sido un títere, desconocido, lejos de su mejor versión. Una pena: el clasicismo esperaba paciente su ración de zagueros. 1-14 para abrir una herida inabarcable. El etxarrendarra, gris, se ha sumido en un bache.
Una falta de saque ha dado cierto aire a Zabaleta. El de Sakana ha maquillado el luminoso con dos saques violentos (8-18). Un espejismo. Los últimos tres tantos han sido saques de Beñat.