La vida en pareja conlleva multitud de gastos comunes, como la hipoteca, el alquiler, recibos varios, llenar la nevera... Por no hablar de si además se tienen hijos o hay un enlace a la vista. Cómo y de qué forma afrontar estos pagos entre las dos partes y así materializar un proyecto conjunto es una de las grandes preocupaciones a las que se enfrentan las parejas de hoy en día.
Sin embargo, las dudas que provoca este paso son cada vez más numerosas y la falta de certezas sobre su idoneidad ya se dejan notar en las estadísticas. Según una encuesta del Banco de América, el 28% de las parejas millenials (aquellos con edades comprendidas entre los 25 y los 40 años) dicen que prefieren mantener sus finanzas por separado, frente al 13% de sus padres y abuelos.
Existen varias formas de hacer frente a esos gastos conjuntos. Una de ellas es establecer un régimen de bienes compartidos, otra es que cada vez sea uno quien pague las facturas y otra es crear un fondo común, donde cada uno ponga una parte de sus ingresos. Esta última es la alternativa más común cuando se vive en pareja o se está casado, pero, ¿es bueno compartir las cuentas con tu pareja?
¿Qué es una cuenta conjunta?
Una cuenta conjunta es aquella cuyos titulares son dos o más personas. A pesar de que en este tipo de cuentas existen distintas obligaciones y responsabilidades en función del tipo de cotitularidad que se elija, lo más normal en cuentas conjuntas de parejas es que la cotitularidad sea indistina o solidaria, que es la que da a los dos titulares plena libertad para efectuar movimientos en la cuenta de manera individual.
Por tanto, lo más frecuente es que ambos titulares tengan los mismos derechos y obligaciones sobre la totalidad del dinero, para lo bueno y lo malo.
Disponer de una cuenta con varios titulares, supone en la mayoría de los casos, solicitar la apertura de una cuenta corriente nueva, ya que por lo general los bancos no permiten incluir titulares en cuentas ya operativas. Ante esta situación, los bancos suelen recomendar cerrar la cuenta individual y abrir una nueva conjunta.
A la hora de solicitar una cuenta conjunta debemos confirmar que admite varios titulares y consultar sus precios, principalmente las tarifas de mantenimiento y administración y el coste de las transferencias y de las tarjetas. Afortunadamente, existen tipos de cuentas que admiten varios titulares y que no cobran comisiones ni por las operaciones básicas ni por la primera tarjeta asociada a la cuenta, por lo que puede ser una buena opción para aquellas parejas que quieran una cuenta únicamente para abonar recibos o realizar compras.
Beneficios de una cuenta conjunta
- Transparencia. Cada uno de los titulares puede ver cómo, cuánto y en qué se gasta el dinero su pareja. Esto ayuda a la transparencia en la gestión de las cuentas y evita que se derroche más dinero de lo pactado en compras innecesarias que preferiríamos guardar en secreto.
- Utilidad. Una cuenta conjunta nos ayudará a pagar los gastos compartidos del hogar, como la hipoteca, compras de supermercados o recibos de la casa mediante domiciliación bancaria. Es una opción rápida y fácil de usar.
- Practicidad. No se necesita el permiso del otro. Cada cotitular puede acceder y retirar dinero sin pedir permiso del otro.
- Evitar el pago de comisiones. En la mayoría de casos en estas cuentas conjuntas, no es necesario ni siquiera domiciliar la nómina para evitar el pago de comisiones.
Inconvenientes de una cuenta compartida
Hay quienes opinan que abrir una cuenta bancaria con más de un titular puede ser un quebradero de cabeza, sobre todo por dos motivos.
- Genera gastos innecesarios. En una cuenta conjunta se tienen que pagar los costes asociados con la tarjeta y las tarifas de mantenimiento de la cuenta. A la hora de incluir dos tarjetas, si no es posible hacerlo de forma gratuita, debemos asegurarnos de que tengan el menor coste posible por emisión y renovación.
- Responsabilidad compartida. Ambos cotitulares son responsables del funcionamiento de la cuenta, para todo. Si uno de los dos titulares realiza pagos excesivos y adeuda la cuenta, el otro titular también estará obligado a reembolsar al banco y pagar los gastos del incidente.
¿Qué debes tener en cuenta?
No obstante y más allá de los riesgos y beneficios que entrañan este tipo de decisiones, lo mejor es no tomar decisiones precipitadas. Lo mejor es ir avanzando en la relación poco a poco para que tengas tiempo de conocer bien a tu pareja y de analizar la situación. Convivir con alguien es una prueba de fuego. Debes saber qué es la convivencia durante unos meses antes de tomar una decisión así.
Asimismo, es esencial aclarar las cosas desde el principio y dejar claro cómo vais a llevar a cabo los gastos del hogar. La idea es evaluar la situación de cada uno y su capacidad económica de acuerdo a unas bases comunes.