Exatleta, "cansado de ver cómo se ha manoseado el deporte los últimos años con las apuestas", Roberto Sotomayor enarbolará este viernes el testigo contra estos locales de juego en un debate, organizado por Elkarrekin Podemos en Bilbao, bajo el lema Que no jueguen contigo.
¿Juegan con la ciudadanía las casas de apuestas deportivas?
—Juegan con nosotros porque ha habido un descontrol del sector del juego. Diez años después de todas esas licencias que se aprobaron, de la bajada del impuesto de sociedades, de que no hubiera ningún plan de prevención, nos encontramos con que tenemos en España más de un millón y medio de personas con problemas de juego patológico. Es el país europeo con más casos de ludopatía por debajo de los 20 años, un dato terrible. Los gobiernos autonómicos se tienen que poner a trabajar en serio y parar esta atrocidad.
El Gobierno vasco exige que haya al menos 150 metros entre estos locales y los centros educativos.
—La distancia de 150 metros entre un colegio y una casa de apuestas me parece muy insuficiente cuando hay un estudio que demuestra que las casas de apuestas a menos de 500 metros de los colegios e institutos influyen mucho en el rendimiento académico de los chavales. La distancia mínima que recomiendan en Europa es de 500 metros y hay comunidades, como la valenciana, que han llegado a poner 850 metros.
¿Detecta alguna otra deficiencia?
—La Comunidad Autónoma Vasca, al igual que Catalunya o Valencia, no ha aceptado entrar dentro del registro de autoprohibidos a nivel estatal, con lo cual un autoprohibido en La Rioja puede jugar en Euskadi. Este es un problema de salud pública, de salud mental, y habría sido muy positivo que se hubieran adherido a esta medida.
La normativa vasca no permite la publicidad con personas famosas ni que las casas de apuestas patrocinen equipaciones deportivas.
—Esto, en cambio, es muy positivo, y va en consonancia con lo que se ha dictado desde el Ministerio de Consumo. Es muy importante que las figuras públicas y los deportistas no hagan campañas publicitarias de casas de apuestas porque los chavales se ven reflejados en ellos. Esto creo que se ha trabajado bien.
¿Qué cree que queda por hacer?
—Uno de los puntos clave del último informe elaborado por el Observatorio Vasco del Juego es que la juventud vasca prefiere jugar presencialmente y en grupo, como una forma de socializar y divertirse. Esto es muy peligroso y tiene que hacer reflexionar a las instituciones, que deben buscar alternativas de ocio, culturales y deportivas y sacar a los chavales de las casas de apuestas. También son fundamentales la inspección, la prevención y los recursos públicos para que las personas puedan recibir tratamiento.
¿Regular el juego 'on line' es como intentar poner puertas al campo?
—Con el juego on line .es se ha hecho un gran trabajo y cada vez es más complicado que los chavales puedan suplantar la identidad. Tenemos problemas con el juego .com porque se nos escapa su regulación. El juego on line sigue siendo un peligro, pero habría que hablar también del problema de las criptomonedas.
¿De qué manera está afectando?
—El tema de las criptomonedas está pegando con mucha fuerza entre la gente joven. Las asociaciones nos están advirtiendo de que les está llegando muchísima gente joven con unas adicciones a las criptomonedas terribles. Habría que hablar también de los juegos monetizados y de los videojuegos. El último informe del Ministerio de Sanidad dice que el 86% de los menores han jugado a un videojuego en el último año y el 26,3% admite que les dedican cinco horas diarias a los videojuegos. Tenemos ahí un problema y todas las comunidades, incluida Euskadi, tienen que ponerse manos a la obra.
¿Los casos de juego problemático conocidos son la punta del iceberg?
—Sí, se estima que hay casi 600.000 personas sin diagnosticar en España. Es una bola que cada vez se hace más grande. Creo que el problema que ha habido es la normalización del juego como una forma de pasarlo bien y esto no es nada divertido.
¿Las mujeres permanecen aún más en la sombra por el estigma?
—Las mujeres llegan cada vez más tarde a las asociaciones por el estigma y porque no se suele hablar de las mujeres jugadoras, pero claro que las hay. Un 70% de las mujeres que padecen trastornos de juego problemático en España sufren, además, violencia de género.
¿Qué casos de los que llegan a sus oídos reflejan el riesgo que se corre?
—Hay casos de chavales con 17 y 18 años que deben muchísimo dinero y han arruinado prácticamente a la familia porque el juego no solo afecta al ludópata, sino a todo su entorno. Son dramas que se ven a diario, sobre todo, en los barrios humildes y de rentas medias-bajas, donde proliferan las casas de apuestas.
Advierte de que la ludopatía puede 'desembocar' en el suicidio.
—En un país donde el suicidio juvenil es ya la primera causa de muerte no natural, nos encontramos con algunos estudios que dicen que el juego es ya la tercera causa de suicidio en el Estado español. Es un dato terrible y el sector del juego y parte de la clase política siguen minimizándolo y mirando para otro lado.
¿El hecho de que haya sido atleta tiene que ver con esta 'cruzada' contra las casas de apuestas?
—Sin duda. En los últimos años los chavales ya no se juntan para ver partidos de fútbol o baloncesto, para disfrutar de un deporte o ver cómo ha ganado su equipo, sino como una forma de ganar unos cuantos euros a costa de si ha habido un penalti en el minuto 90 o una falta en el 35. Esta perversión del deporte no tiene nada que ver con sus valores y a nivel personal esto me influye bastante.
"Las asociaciones nos están advirtiendo de que les está llegando muchísima gente joven con unas adicciones a las criptomonedas terribles"
"La juventud vasca prefiere jugar presencialmente y en grupo como una forma de socializar y divertirse y esto es muy peligroso"