Roberto Torres ha hecho un paréntesis en su estancia en Irán porque se celebra el año nuevo allí y la competición se ha parado –descanso para la Superliga y su equipo, el Foolad FC– y ha regresado rápidamente a casa para estar con la familia, amigos y su vinculo futbolístico más cercano, Osasuna. “Pronto regreso de nuevo a Pamplona, para mediados de mayo. Nos quedan siete partidos para que termine la Liga”, explica. “Estamos octavos en la clasificación y la verdad que tenemos pocas opciones, nos jugamos poco. Pero la experiencia está resultando espectacular. Desde que llegué, he sido titular siempre, he jugado casi todos los minutos. El fútbol iraní tiene un nivel alto, es distinto al europeo, pero es muy competitivo, con una Liga exigente, con los partidos muy duros. Aquí no hay VAR, y la verdad que se echa en falta porque el nivel del arbitraje no es tan bueno”.
Torres ha tenido la oportunidad además de disputar la Liga de Campeones de Asia, un añadido muy interesante, de una dimensión exótica y distinta, a la experiencia en otro fútbol. “Fue un sueño. Siempre piensas desde pequeño la posibilidad de disputar una competición como la Champions. Está claro que la Liga de Campeones de Europa es lo máximo, pero la Champions de Asía también es una competición con equipos de mucho nivel, de países muy distintos. Además ha sido impresionante jugarla en Catar, en donde se disputó el Mundial, en sus instalaciones. Ganamos los octavos, y en el partido de cuartos nos faltó acierto aunque fuimos mejores. El Foolad, además, nunca había llegado tan lejos en esta competición”.
El exjugador de Osasuna empezó con Javad Nekounam de entrenador en su equipo, pero el que fuera centrocampista rojillo abandonó sorprendentemente la dirección del equipo y ahora tiene a otro técnico. “Al principio me preocupó la situación porque fui al Foolad porque me insistió él. Pero siguen contando conmigo, están contentos y yo con ellos. Tuve el debut soñado porque marqué ese día, contra el líder, y mi gol fue el de la victoria. Fue muy importante para mí, porque estuve 24 días entrenando y sin poder jugar porque se tenía que marchar otro jugador para que me inscribieran. Por eso fue un debut redondo tras haberlo pasado mal”.
Roberto Torres ha retornado a la cercanía de su familia –mujer y dos hijos– y también de su exequipo, de su club de toda la vida. “La verdad que me daba un poco de miedo ir a El Sadar, por las sensaciones, por los recuerdos, por todo. También lo sentía en Tajonar. Pero he podido estar con mis antiguos compañeros, con los empleados, con gente a la que quería ver”. Y la proximidad a Osasuna está que arde. “Por supuesto que siento envidia sana”, responde sin dudarlo. “El hecho de ver lo que está haciendo Osasuna en la Copa, por supuesto que me produce envidia sana. He sido partícipe de las primeras eliminatorias y me hace mucha ilusión. Ojalá se meta en la final y después ganarla”.
“Veo a Osasuna bien”, analiza la situación del equipo camino de la vuelta de las semifinales de Copa. “El equipo ha podido ofrecer últimamente unas sensaciones diferentes a las que estamos acostumbrados, pero hay que tener en cuenta que ya se llevan muchos partidos, contra rivales muy duros, como el último, y que también ha habido que jugar prórrogas, con todo el esfuerzo que supone. Pero ante un partido tan importante, se olvida todo, desaparece el cansancio y todo el mundo saca fuerzas. Osasuna va a luchar y con esfuerzo seguro que se va a meter en la final”.
“El 1-0 es un resultado muy bueno”, continúa. “Seguro que se van a pasar momentos malos en San Mamés, pero somos un equipo competitivo y comprometido, que sabe lo que quiere en el campo. Insisto que está siendo un año muy duro en lo físico. Pero ahora todos estamos con ganas de jugar en San Mamés y llegar a la final”.
Torres se muestra encantando por la llamada a la selección de David García. “Cuando estás en el fútbol, parece que estos son cosas que no van a llegar”, explica. “El hecho de que David lo haya conseguido me hace muchísima ilusión. Es mi amigo y he seguido su trayectoria de cerca y he visto su evolución. Es una experiencia que va a ser muy importante para él y estoy convencido de que va a tener más oportunidades y va a seguir en la selección. Es un gran jugador que lleva tiempo haciendo las cosas muy bien y se lo merece. Estoy muy contento por él y por su familia”.
El futbolista navarro ha estado poco tiempo en Pamplona porque ya se encuentra camino de Irán –en su equipo hay varios preparadores españoles además del jugador Alex Alegría–. Torres, de todos modos, confiesa que ésta no quiere que sea su última experiencia en el extranjero. “Me gustaría tener una nueva experiencia en el extranjero pero con toda mi familia, con mi mujer y mis hijos. Para los niños puede ser una buena oportunidad para aprender inglés y conocer otra cultura. Estar en el extranjero es una experiencia muy enriquecedora y me gustaría que pudiésemos vivirla toda la familia. Creo que sería muy bonito y creo que puede surgir”.