Roberto Torres se marcha de Osasuna

No por esperada es menos dura recibir cualquier noticia. Y más si es de alguien a quien se le tiene aprecio. Roberto Torres, uno de los símbolos y abanderados del osasunismo, decidió ayer poner fin a dieciocho temporadas en Osasuna, club al que llegó siendo un niño y que abandona siendo un hombre.

2022 pasará la historia de la memoria rojilla con cierta melancolía, como el año en el que dos de sus leyendas dijeron adiós, entre lágrimas, al club de sus vidas. En poco más de medio año, primero Oier Sanjurjo, y ahora Roberto Torres, se han despedido de algo más que un equipo de fútbol.

Las imágenes de Torres en la despedida de Oier, llorando a lágrima viva, es el sentir de la afición al conocerse el triste desenlace. Historia de un adiós conocido, Roberto Torres Morales (Arre, 7 de marzo de 1989) se ha comportado como un auténtico caballero en sus últimos meses como rojillo. En verano, tanto la directiva como el cuerpo técnico le hicieron llegar sus intenciones. Él, lejos de querer rendirse fácilmente, agachó las orejas y trató de trabajar para darle la vuelta a la situación. Ha sido un verdadero ejemplo de lo que debe ser un capitán.

El 10 ha sido el primero en saltar a entrenar, no ha puesto una mala cara en las sesiones, tampoco ha tenido un mal gesto y se ha parado a atender a los aficionados siempre que ha sido solicitado.

A los dieciséis años llegó Roberto Torres a Tajonar procedente del Txantrea. Tuvo que disputar cinco temporadas con el Promesas en Segunda B hasta que su rendimiento le llevó a cumplir el primero de los sueños que su dilatada trayectoria como rojillo le depararían. El 11 de diciembre de 2011, debutó en Primera División ante el Málaga en La Rosaleda.

Roberto Torres, con la primera camiseta rojilla. Patxi Cascante

Roberto Torres, la vida de un gran capitán de Osasuna en imágenes DIARIO DE NOTICIAS

Venía de salirse y deslumbrar con el filial, pero al centrocampista le costó entrar en los planes de Mendilibar. Tras el descenso a 2014, Roberto Torres ejemplificó a la perfección el significado de lealtad. Dio un paso al frente y, tras la retirada de Puñal, su ídolo, heredó su dorsal y la responsabilidad que ello conllevaba. Comenzó, a partir de ahí, a echarse poco a poco el equipo a la espalda en los años más convulsos de la centenaria historia rojilla. El de Arre lideró los ascensos de 2016 y 2019, y después de vivir aquella época negra de la entidad, ha ayudado a la consolidación del equipo en la máxima categoría, hasta el punto de disfrutar del centenario como uno de los capitanes en Primera División.

Desde que debutara en Málaga en aquel 11 de diciembre de 2011, Roberto Torres se ha enfundado la camiseta de Osasuna en 353 ocasiones de manera oficial, siendo el séptimo jugador con más encuentros en la historia rojilla, tres por debajo de su inseparable amigo Oier Sanjurjo, a falta de saber si dispone, o no, de minutos en San Sebastián. El caso es que mañana, Torres pondrá fin a doce temporadas en la primera plantilla rojilla.

En todo este tiempo, el mago de Arre ha destacado por su excelso golpeo a balón parado. Técnicamente dotado, Roberto Torres ha estampado su firma a 60 goles oficiales con Osasuna, lo que le lleva a entrar en los diez máximos goleadores de la historia del club. Un genio que frotaba con mimo el esférico para hacerlo inalcanzable a los porteros rivales.

Los caminos se separan, pero el legado de Roberto Torres perdurará en las paredes de Tajonar. Ahora les toca a los David, Unai García, Jon Moncayola y Aimar Oroz ser el espejo en el que los canteranos deban mirarse. Porque una vez lo fueron de Torres, al igual que Torres se miró en Puñal. Porque esta es la esencia de Osasuna, que en este tramo final de temporada se queda sin la magia del 10, a quien se le puede brindar la última victoria como jugador del club de su vida, antes de recibir el merecido homenaje de despedida. Porque decir adiós no es olvidar. Supone cambiar, reajustar, crear nuevos significados y no siempre es fácil, aunque sí necesario. A veces las despedidas no son como a uno le gustaría. En cualquier caso, puede ser un proceso complicado. Toda pérdida es dolorosa por lo que significa, como la de Torres para el osasunismo. Que Roberto no llore porque acabó, que lo haga porque sucedió.

SU FUTURO

A partir del 1 de enero, Roberto Torres es libre para elegir su futuro, y una de las opciones que maneja sobre la mesa es la del Foolad iraní, entrenado por Javad Nekounam, que compite en la Primera División del país y se ha clasificado para la fase final de la Champions asiática. En Irán ha comenzado ya la segunda fase de la competición doméstica, que se detendrá de nuevo en febrero para que se juegue la fase final de la Champions asiática, para la que está clasificada el Foolad, que se disputa, del tirón, en una sede. En esta edición, el escenario elegido es Doha, en Catar. Para que Roberto Torres firme y apueste por la propuesta iraní, el Foolad deberá dar la baja a uno de los extranjeros que tiene en la plantilla, puesto que la normativa permite solamente tres licencias extranjeras que el Foolad tiene ocupadas.