Después de caer derrotado ante el Ardoi en la final del play off de ascenso a Segunda RFEF, Rodrigo Fernández de Barrena se despide del Beti Kozkor y de Lekunberri, su casa durante estos últimos ocho años. En este tiempo, el técnico, que cogió al equipo en Primera Regional, ha conseguido asentarlo en la máxima categoría del fútbol regional, y a las puertas se ha quedado de subir a la ya extinta Segunda División B en más de una ocasión.
Antes de coger las riendas del Izarra, club con el que ha firmado para el próximo curso, Rodrigo Fernández de Barrena ha querido despedirse mediante una carta del Beti Kozkor y de Lekunberri.
"Será muy difícil para mí hacerme a la idea de no volver al Plazaola donde tan feliz he sido. De no ver a mi padre en cada entrenamiento, de no pelotear con mi hijo Julen antes de cada partido y de no ver a mi familia en cada partido en la grada. De no entrenar más a estos jugadores que tantas satisfacciones me han dado durante todos estos años en lo futbolístico y sobretodo en lo personal, en especial a los que han compartido estos 8 años conmigo, Hodei, Orgi, Celi y Pitu.
De no compartir momentos tan especiales con mi cuerpo técnico y familia en el Albi de Jesús Mari o en el Ainhoa donde Alfredo, Inma y compañía nos han tratado siempre de manera tan familiar. De no volver a ver a las familias de mis jugadores que tanto me han respetado y tanto nos han arropado tanto a mí como a mi familia en esta etapa.
Pero, a pesar de todo, me voy con dos consuelos que aliviarán el dolor de esta marcha no deseada.
La primera, afrontar un reto nuevo, en el CD Izarra, que me da la posibilidad de trabajar con un grupo de personas que han estado siempre a mi lado, que me han hecho crecer como entrenador y persona y que se han convertido en mi segunda familia: Aitor, Xanti, Ionan, Álvaro y Mitxel, mi compañero del alma, me acompañarán en esta nueva aventura.
La segunda, tener la tranquilidad de que mi familia por fin podrá descansar y olvidar estos últimos 4 meses de nuestra etapa en Lekunberri en los que únicamente el rendimiento y el compromiso de la plantilla hacía olvidar momentáneamente todos los problemas extradeportivos que hemos vivido en nuestras carnes los miembros del Cuerpo Técnico.
Y finalmente quiero desear al Club, a mi Club, al Beti Kozkor KE, mi casa durante 5 años como jugador y 8 como entrenador, que consiga recuperar la unidad que se ha perdido en esta última temporada y que vuelva a ser un club fuerte, unido, con sus señas de identidad claras y en el que todo aquel que entre a formar parte se sienta orgulloso del escudo que representa, ese que mi gran amigo Álvaro Etxarri diseñó en 1996.
Hasta siempre, Beti.
Rodri".
La afición quiso tener un detalle con el técnico, al que le dedicó una pancarta que ataron a una de las vallas del campo, dándole las gracias por estos ocho últimos años.
Pancarta que colgaron los aficionados en el Plazaola. Foto: Iñaki Porto