Las delegaciones de Athletic y Real Sociedad se encuentran ya en la ciudad suiza de Nyon, sede de la UEFA, aguardando con expectación al sorteo que, a partir de la una de la tarde, va a marcar el próximo destino de ambos en los octavos de final de la Europa League, cuyos partidos se disputarán los primeros dos jueves de marzo, días 6 y 13.
Dos cuestiones hay claras: por un lado, que los rojiblancos van a cruzarse nuevamente con uno de los ocho rivales que ha tenido en la Fase Liga. Bien la AS Roma, con la que empató a uno en el Estadio Olímpico de la capital italiana, o bien el FC Viktoria Plzen, al que derrotó en San Mamés el pasado 30 de enero por tres goles a uno, jugando primero a domicilio. Y que los txuri-urdin, que comenzará en Anoeta, se medirá al Tottenham Hostspur londinense o al Manchester United, al que se enfrentó hace cuatro temporadas en los dieciseisavos de final de la competición, en los que cayó tras caer 0-4 y empatar sin goles en Old Trafford.
En octavos de final no y en cuartos tampoco
También es ya un hecho palpable antes del sorteo que, de tocar la Roma al Athletic, en ningún caso se daría una final entre los dos equipos vascos el 21 de mayo próximo en San Mamés. De ir superando rondas, se verían las caras en semifinales. Nunca en cuartos de final, en los que a los leones les podría esperar, de quedar emparejado con el conjunto italiano, con permiso del Rangers escocés, otra vez el Fenerbahçe de José Mourinho o al Olympiacos de José Luis Mendilibar.
En caso de verse las caras, sea o en semis o en la gran final, sí han coincidido bilbaínos y donostiarras en más ocasiones en una misma competición continental, como hace siete campañas, sería la primera vez en la historia que lo hicieran. No así el hecho de medirse a otros clubes pertenecientes a LaLiga. En el caso del Athletic, ya tocó jugar contra Barcelona, Sevilla y Atlético de Madrid, ante este en aquella malograda final de Bucarest en 2012. Y en el de la Real, también ante los colchoneros, en aquella eliminatoria de octavos de final de la Copa de la UEFA que dejó infausto recuerdo el 8 de diciembre de 1998, tanto por la eliminación como por el asesinato de Aitor Zabaleta en la puerta del Vicente Calderón.