Reala

Roma - Real Sociedad | A por ellos: un único gran amor

Entrenamiento previo al partido contra la Roma

Una vez un sabio del fútbol con muchos kilómetros recorridos y grandes estadios visitados me dijo: “Los dos himnos de equipo más bonitos que se pueden vivir en directo cantados por sus respectivas aficiones son los del Liverpool y la Roma”. Esta noche completo el cupo con la visita de la Real al Olímpico romano. En realidad, el equipo giallorosso cuenta con cuatro himnos diferentes que se interpretan en distintos momentos y que reflejan su teatral modo de vivir. El más popular es La Roma non si discute, si ama y se canta cuando los equipos entran al campo. “Emplea los mismos acordes que A Whiter Shade of Pale, de Procol Harum, una secuencia armónica tan propia del barroco como el espíritu de la ciudad del Tíber”, según analizó Igor Paskual para la revista Líbero. “Hay una manera de tocar italiana, de la misma manera que hay una forma de jugar italiana. En la calle son caóticos, anárquicos y con tendencia a la molicie, pero sobre el césped, son lo contrario: esforzados, concentrados y disciplinados”. La letra reza así: Roma, Roma, Roma. Corazón de esta ciudad. Único gran amor. De tanta y tanta gente. Qué estas haciendo. Roma, Roma, Roma. Lassace canta. De esta voz nace un coro. De cien mil voces. Lo hiciste enamorar. Roma, Roma hermosa. Te pinté amarillo como el sol, rojo como mi corazón. Roma, Roma mía. No te dejes engañar. Naciste grande y grande tienes que quedarte.

Cualquiera que me conoce y que me haya leído sabe que mantengo un idilio con el equipo romano desde hace mucho tiempo. Cada vez que existía la posibilidad de que le tocase a la Real, siempre deseaba que les emparejase en los bombos la diosa Fortuna. En los sorteos solía repetir la frase: “Quiero el peor, después el viaje más cercano para que pueda ir cuanta más gente txuri-urdin, y si no la Roma”. Nadie discute que el destino es uno de los más atractivos de Europa por el escenario, el ambiente de su hinchada y el viaje relativamente cómodo, pero todo esto ha eclipsado que los de Imanol no han tenido nada de suerte una vez más en lo que respecta a lo deportivo. Se trata del actual campeón de la Conference League, como si nosotros tuviésemos muchos títulos internacionales en nuestras vitrinas. Su entrenador será lo que cada uno quiera que sea, pero si algo ha hecho a lo largo de su carrera es ganar muchos trofeos y cuenta con internacionales en todas sus líneas. Con eso queda todo dicho para los osados que se atreven a concederle el cartel de favorito a una Real que lleva sin superar una eliminatoria en Europa sin contar previas desde 1998.

Mi romance con la Roma prendió del increíble talento y elegancia de Il Principe. El gran Giuseppe Giannini, del que me encantaba hasta el nombre. El centrocampista que lloró como pocos al quedarse sin su sueño de disputar la final del Mundial en su querida ciudad y ante su gente en 1990. Además de no tener un buen final con el equipo de su vida. Luego, por encima de todos, don Francesco Totti. Il Capitano, que acabó convirtiéndose en Il Emperador por todas sus conquistas y por mantenerse fiel a sus colores a pesar de contar con propuestas mareantes de los clubes más poderosos del mundo durante 25 años. Toda una era. Pese a su fama de egoísta y narcisista, pocos conocen que probablemente sea el futbolista que más dinero ha aportado a obras de caridad, el que más asilos y hospitales ha visitado y el que más ayuda ha ofrecido a su adorada ciudad. En una entrevista le preguntaron por lo que tiene de diferente jugar en la Roma: “Es especial porque se gana cada 20 años. Desgraciadamente, es la realidad. Un Scudetto aquí es como diez en Milán o Turín. Cuando la Juve gana, celebra solo una noche, la del domingo. El lunes todo se acaba. En cambio, cuando nosotros vencimos con Capello, se celebró en Roma durante tres o cuatro meses. Una fiesta sin parar. No somos el Madrid o el Barça. Si ganamos tres Ligas seguidas, quizá con la tercera frenemos esta euforia”. Que nos lo digan a nosotros, que seguimos festejando a día de hoy la Copa de Sevilla… Uno de los mejores socios de Totti, la bestia de Batistuta, con el que formaba una pareja “que sólo escuchar los nombres imponía a los rivales” (aunque su escudero favorito siempre fue Cassano hasta que se enfadaron), también reconoció al retirarse: “Uno de mis días más felices en Italia fue cuando gané el Scudetto con la Roma. Después de diez años en el Calcio, solo yo sé lo que sufrí para lograrlo”.

Sinceramente, aunque como decía nuestro Xabi Prieto, estamos hablando de “otra dimensión”, siempre me ha gustado encontrar similitudes entre ambos clubes. Y es evidente que se encuentran a otro nivel, como lo demuestra que para sus apasionados aficionados, a pesar de haber vencido su liga solo en tres ocasiones, son favoritos a llevarse el título hasta que se demuestre lo contrario. No me quiero ni imaginar lo que pensarán del envite ante, para ellos, la casi anónima Real, que se presenta esta tarde en su parque del Olímpico ante el equipo italiano de los trabajadores que, en un caso único, es el que más aficionados tiene en el país a pesar de su poca gloria.

El gran Xabi ya sabe lo que es derrotar a Totti, a quien le hizo morder el polvo en una pista de pádel allá por el mes de junio. Lo recuerdo bien, porque le mandé un mensaje entre bromas a nuestro capitán: “Espero que acabaras bien con él, porque en las semifinales de la Europa League de este año ya sé quién va a intermediar para entrevistarle”. Su respuesta entre risas representa la ilusión que arrastra el realista en Europa: “¡¡Ojalá!!”. El enfrentamiento entre los equipos de los one club man se nos ha adelantado un poco más de lo previsto. Ya pensaremos en lo que nos interesa para semifinales.

La Real comparece en el coliseo romano, donde saludaban al palco los que iban a morir, con la esperanza de salir muy vivos porque, hay que tenerlo muy claro, esto va a ser un duelo a 180 minutos. Decían que todos los caminos conducen a Roma (palabra de una persona que la visitó con solo dos meses y al que le saludó el Papa Juan Pablo desde su coche cuando pasó por su calle, en la que no había nadie más que mi familia), por eso queremos creer que por fin ha llegado el momento de nuestro equipo en Europa. Roma es como un libro de fábulas, en cada página te encuentras con un prodigio. Y, aunque después de tanto esperar la eliminatoria nos pilla un poco fríos por los últimos resultados, tenemos que ser plenamente conscientes de que viajamos con el cuarto puesto y todas las gestas que ha logrado el equipo esta campaña por bandera. Eso sí que es un prodigio que ya no nos quita nadie. Nos hemos preparado muy bien para esta batalla, a la que por fin llegamos casi sin inquilinos en la enfermería. Con pinturas de guerra txuri-urdin, acampados en una de las siete colinas de la ciudad, esperando el ataque definitivo que acabe con el imperio de Mourinho. Sabemos que estamos en las mejores manos, confiamos en vosotros y, pase lo que pase, seguiremos a vuestro lado porque hacía mucho tiempo que nadie nos hacía tan felices. Nuestro único gran amor. La Real. Nessum dorma, all’ alba vincero (que nadie duerma, al alba ganaremos). ¡A por ellos!

10/03/2023