Roma - Real Sociedad | La previa: la ilusión eterna

La Real Sociedad regresa a Europa cuatro meses después de firmar la impresionante hazaña de quedar primera de grupo. Como recordarán, un heroico equipo plagado de reservas por la baja de una decena de jugadores, algunos de ellos vitales, logró caer por la mínima en Anoeta ante uno de los conjuntos más en forma del continente en una gesta a la altura del triunfo que había cosechado en el mítico Old Trafford. El premio, gordo, era evitar una eliminatoria ante un rival Champions y esperar en octavos, con el factor favorable por el hecho de disputar la vuelta en su estadio, un rival probablemente de enjundia. Como así ha sido, ya que la Roma de Mourinho es un vigente campeón europeo al estrenar el palmarés de la Conference League el pasado mes de mayo tras superar al Feyenoord en la final.

El cuarto del Calcio recibe al cuarto de la Liga en lo que puede ser un buen termómetro para pulsar el momento que atraviesan ambas competiciones. La Real se ha tomado muy en serio esta campaña su aventura por el viejo continente, consciente de que los enfrentamientos directos a vida o muerte se han convertido en su talón de Aquiles de estos últimos años. En realidad, ya en fase de competición, no apea en un duelo directo a un rival desde hace un cuarto de siglo, el curso 1997-98, cuando superó al Dinamo de Moscú antes de caer ante el Atlético la noche del asesinato de Aitor Zabaleta. En previas sí que se superó en Champions al Olympique de Lyon en la campaña 2013-14 y en Europa League al Aberdeen, una más tarde. Unas estadísticas bastante lamentables.

Pero esta es otra Real, que, aunque atraviesa por su peor bache de la temporada, se ha sacudido los complejos y aspira a llegar lejos. En parte rabiosa por el prematuro KO, mermada por las bajas, en la Copa en el Camp Nou, cuando, como reconoció Merino, era una competición “a la que podían haberle echado mano”. Si ha logrado superar en el grupo a todo un Manchester United, uno de los grandes favoritos para alzarse con la victoria final, este equipo es capaz de soñar en grande pese a que esto le suponga un desgaste que ponga en peligro acabar entre los cuatro primeros en la Liga.

Aunque siempre defienda que sólo piensa en el siguiente partido y se sorprenda porque nadie le cree, Imanol se ha mostrado más precavido que de costumbre con los recuperados para evitar recaídas que les impidiesen afrontar los octavos. A pesar de los malos resultados recientes, la jugada en forma de altas le ha salido bien al presentarse en Roma sólo con las bajas de Aritz y Sadiq. Es decir, uno de los capitanes y titular indiscutible y el fichaje más caro en la historia del club.

Todo apunta a que no habrá demasiadas sorpresas en el once y la gran duda podría ser la suplencia de Oyarzabal, con todo lo que ello supone, o la de Kubo, recientemente proclamado como el mejor txuri-urdin de febrero. En la zaga formarían Gorosabel, Zubeldia, Le Normand y Diego Rico. El rombo mágico por delante, con Zubimendi, Merino, Brais (que está apercibido de sanción) y Silva. Y arriba, sólo habrá dos puestos para el 10, el nipón y Sorloth. En principio, parece seguro el 4-4-2 y la gran decisión será si salir tan valiente como contra el United de hace dos años o más conservador como el año pasado en Leipzig.

La Roma es el clásico equipo de Mourinho que juega al fallo. Expone muy poco y daría por muy buena una victoria por la mínima. Cuenta con internacionales en todas sus filas, aunque su estrella es Dybala y su jugador más incisivo es el carrilero Spinazzola (también apercibido). Cuenta con la importante baja por sanción de su defensa brasileño Roger Ibañez.

Hay partido y hay eliminatoria. El duelo será a 180 minutos...