Vida y estilo

Romanesco, el vegetal saludable por excelencia de temporada

Su elevado valor nutricional y versatilidad en la cocina lo convierte en una excelente elección para enriquecer nuestros platos
Romanesco. FREEPIK

El mundo de la alimentación, concretamente el de las frutas y las verduras, es probablemente uno de los más variados, ya que las estaciones juegan un papel crucial en su producción y consumo. Uno de los vegetales más populares de esta época es el romanesco.

Este vegetal con altos contenidos y propiedades nutricionales beneficiosos para la salud ha sido uno de los temas tratados durante el programa de Imanol Arruti junto al chef Damián Serrano, quien ha traído una deliciosa receta de espaguetis al pesto de romanesco al horno.

Propiedades nutricionales

El romanesco no solo es atractivo a la vista, sino que es un superalimento que aporta una variedad de nutrientes esenciales para el organismo. Estas son las principales ventajas y aportes que tiene en el cuerpo humano al consumirlo:

  • Vitamina C: contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico, la mejora de la salud de la piel y la protección contra los radicales libres. Una porción de romanesco cubre más del 70% de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina.
  • Vitamina K: es fundamental para la coagulación de la sangre y el mantenimiento de la salud ósea, especialmente en personas mayores.
  • Ácido fólico (Vitamina B9): vital para la formación de glóbulos rojos y el desarrollo celular, especialmente importante durante el embarazo.
  • Minerales esenciales: incluye potasio, que regula la presión arterial; magnesio, que apoya la función muscular y nerviosa; y fósforo, esencial para huesos y dientes.
  • Fibra dietética: favorece la salud digestiva, regula los niveles de azúcar en la sangre y promueve una sensación de saciedad.
  • Compuestos bioactivos: ejemplo de ello son los glucosinolatos, conocidos por sus propiedades antioxidantes y posibles beneficios anticancerígenos.

Cabe recalcar que el romanesco solo tiene 25 calorías por cada 100 gramos, lo que hace que sea uno de los mejores aliados de aquellas personas que buscan mantener una dieta equilibrada y saludable.

Cómo escoger el correcto y conservarlo

Uno de los problemas que suponen las frutas y las verduras a la hora de adquirirse en un establecimiento es el hecho de que un mismo producto puede ser totalmente diferente en apariencia, textura y sabor. Por ello, al comprar romanesco es importante saber escoger el correcto y posteriormente conservarlo de forma idónea.

A la hora de realizar la selección en el supermercado, es primordial hacerse con aquellos que cuenten con un color verde brillante y una textura firme. Por el contrario, los que tienen manchas de color amarillo y zonas más blandas de lo normal son ejemplares que han comenzado su fase de deterioro.

En caso de querer guardarlo para un consumo posterior, el romanesco debe guardarse en la nevera, a poder ser dentro de una bolsa con agujeros para dejar pasar el aire. Así, el producto puede mantener todas sus propiedades nutricionales y características de su exterior alrededor de una semana.

Claves para su cocinado

Al igual que otros vegetales similares, el romanesco cuenta con una gran variedad de cocinados que hace que su sabor y textura varíen de forma considerable. Pero uno de los puntos clave para obtener el máximo partido es no cocinándolo en exceso. En caso de superar un tiempo concreto de cocinado, el romanesco pierde su color y textura característicos, por lo que conviene prestar mucha atención al tiempo.

Para cocinarlo al vapor, los minutos deben oscilar entre los cinco y siete, dependiendo de la intensidad del calor. En caso de hacerlo a fuego lento y demorarse más con el cocinado, se pueden perder propiedades nutricionales como la vitamina C.

En caso de querer mantener su vivo color verde y se vea más apetecible para platos como ensaladas, el romanesco se puede blanquear. Para ello, hay que sumergirlo en agua hirviendo durante dos o tres minutos y después enfriarlo con agua a muy baja temperatura.

Si el objetivo es obtener el sabor más intenso posible, el mejor método para cocinar el romanesco es mediante un salteado rápido. Así, cocinarlo en una sartén con un poco de aceite de oliva, ajo y especias hace que el vegetal obtenga un gusto dulce.

Además del salteado, hornear el romanesco en el horno mezclado con aceite, sal y especias a 200ºC durante 20 o 25 minutos es sinónimo de un resultado crujiente por fuera y tierno por dentro.

Finalmente, el romanesco es un alimento idóneo cuando se mezcla con quesos, frutos secos y especias como el pimentón ahumado, el curry o la cúrcuma

25/01/2025