Siempre hay que pensar en positivo, siempre, pero a veces pensar en negativo ayuda a ser positivo. La pregunta es clara: ¿Cuál hubiera sido el coste para Bizkaia, Bilbao y Euskadi de un no al Museo Guggenheim Bilbao? La respuesta, contundente: habríamos perdido más de veinticuatro millones de visitantes. Habríamos desaprovechado un retorno de la inversión de más de 6.500 millones de euros. Habríamos malogrado 5.420 empleos anuales, directos e indirectos. Habríamos ahuyentado 215 exposiciones de nivel internacional. Por tanto, bendito aquel sí al Museo Guggenheim Bilbao.
Y sí también al Guggenheim Gernika, un proyecto a medida de la comarca que una cultura, actividad económica y protección del medio ambiente –compromiso de que sea un edificio icónico con cero emisiones de CO₂–, y totalmente complementario a nuestro gran embajador mundial desde hace ya 25 años. Hoy, como entonces, un rotundo sí al Guggenheim. A Bilbao y a Gernika. Bai.