El vizcaino José, vocalista y creador de las bandas Ke Rule, Ke no Falte y Sonnora Djembé, regresa con un nuevo proyecto ligado a la música de raíz jamaicana llamado Rumbo Paraíso, que ofrece como novedad especial la unión del reggae tradicional con ritmos actuales y samplers al incorporar a un Dj y a tres raperos. El tiempo pasa es su disco de debut, que hoy estrenan en directo en Bilbao, en la sala Stage Live, a las 21.00 horas y con entradas a 14 euros en taquilla. “Lo más importante de la vida es ser feliz; y la música transmite felicidad”, explica José en esta entrevista.
El título de su nuevo disco resulta imbatible: ¡cómo pasa el tiempo! Son unos 30 años de vida musical ¿no?
Sí, desde 1993, cuando ensayábamos en un baserri de Unbe. Ya sabes que es muy complicado vivir de la música, hay que tener muchas ganas, constancia y tesón.
¿Cuesta más cuando se hace música jamaicana?
Puede, pero sí ha habido más repercusión del reggae desde finales de la década de los 90.
Ha pasado por diferentes agrupaciones.
Empecé en Ke Rule, en 1993, que tubo una escisión dos años después y surgió Ke no Falte. El grupo estuvo operativa hasta el 2000 y logró el n.º 1 en algunas radios con Mambo n.º 9. Dimos el salto y nos apoyaba la multinacional Warner, pero si no vendes lo que ellos quieren… Al hacer música jamaicana teníamos un circuito más cerrado. Finalmente, en 2004 pasé a llamarme Sonora Djembé.
Ahí se abrió claramente a otros ritmos, como los africanos.
Sí, era un grupo de fusión y mestizaje en los que mezclé rock, música árabe y africana, reggae, blues, funky, algo de flamenco… Giramos hasta finales de década y el año pasado nos reunimos de nuevo hicimos también algunos conciertos. Eso me impulsó a meterme de nuevo en el estudio de grabación.
¿Qué le decidió a dar el paso?
Quizás que había estado con varios raperos y ver cómo me mola el tema del scratch y la fusión. En el estudio fusionamos mi voz con la de los raperos, que tiene un sonido como más canalla. Y ahora vamos con un Dj, tres raperos, bajo, batería, una voz femenina, el trombonista de Ska P… Él, Gari Badiola, ha sido el co–productor del nuevo disco, junto a mí. En casi todas las canciones meten voces los raperos, de El Chino, que tiene una banda llamada La Medicina, a Mani Ledesma, conocido como El Flaquito de Barakaldo.
El nuevo intento se llama Rumbo Paraíso, como una canción de su debut. ¿Qué surgió primero?
Primero surgió la canción, Rumbo al paraíso. Es algo que me pasa siempre, suelo buscar en sus títulos los nombres de los grupos, tal y como pasó con Ke Rule, con la primera canción que compuse, y luego con Ke no Falte. Ahora somos 10, un formato reducido (risas). Está difícil la cosa para repartir, no nos llega. Eso sí, sonamos como un pepino, que conste.
¿Cuándo compuso las canciones del álbum, son recientes?
Del 2020 o así. Empecé a grabarlas con Gari y vimos que había posibilidades, así que grabamos el disco en su estudio. Lo tiene en el bar Distrito Jamaica, en Bilbao.
Además del signo distintivo del reggae tradicional, hemos hablado del ragga, de esos raperos, pero también pensaba que iba a haber más electrónica.
Eso se va a apreciar más en directo, en las transiciones de las canciones. Ahí se explayará más el Dj y hará scratches. Hay que adaptarse a los tiempos nuevos y tirar hacia adelante aunque el raggamuffing se inició en los 80. Ahora lo llaman reggeatón pero no tiene nada que ver aunque sea la misma base rítmica.
Sus letras, las de siempre y las actuales, nada tienen que ver con el reggaetón.
Eso es, sigo con la movida social y a favor de la libertad, el fumeteo... (risas). También me acuerdo de los migrantes y la que gente que muere en el Estrecho de Gibraltar. Es una preocupación mía de siempre. No deberían ser así las cosas.
“De Sopela a Santutxu”, canta. Imagino que con destino Jamaica.
Así es, el mar es lo único que nos separa, a la vez que nos une.
“Voy por la vida alegre y de corazón”, cantaba hace años. Sigue desprendiendo buen rollo, inasequible al desaliento a pesar de los últimos años que estamos viviendo.
Yo creo que hay que estar contento y ser feliz. Es lo más importante de la vida, poder lograrlo. Y ahí, la música es la mejor vía de escape y de comunicarte con los demás y de transmitir felicidad. Hay que darle algo de luz a la vida.
Y este viernes, presentación oficial.
Sí, sonamos muy bien, te lo aseguro. Y todo lo que tocaremos será repertorio nuevo durante algo más de una hora. Ese es el objetivo final, tocar todo lo que podamos.
¿Tienen ya más fechas?
Sí, estaremos en el Basque Fest de Bilbao, el 7 de abril, y estamos moviendo la cita de Armintza, el Txapel Reggae, otros festivales de reggae y ver si nos metemos en Aste Nagusia. A ver si logramos entrar en la Plaza Nueva de una vez por todas.
Además, queda menos para que llegue el buen tiempo y el sonido del grupo puede funcionar muy bien fuera.
Sí, queremos tocar más allá de Euskadi. Nuestro tipo de música puede funcionar porque no veo que haya un grupo que haga este mismo rollo. Al incluir a los raperos, sonamos muy diferente al resto y, por ello, creo que incluso tenemos más posibilidades de funcionar fuera que aquí, en casa. Nadie es profeta en su tierra (risas). ¡Quién sabe! Estamos ya trabajando detrás de mánagers, Ayuntamientos… Todo lo hacemos nosotros, así funcionamos ahora. Y trabajando al mismo tiempo para llegar a fin de mes. En mi caso, coloreo la vida, soy pintor, pero de obra (risas). La gente me dice que no canto cuando pinto; les respondo que lo hago cuando me pagan (más risas).