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Rusia aplaza el referéndum de anexión en el sur tras la contraofensiva ucraniana

El Kremlin, que reconoció en febrero pasado la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, también tiene intención de convocar un referendo en la vecina Zaporiyia
Imagen de archivo de desplazados de Ucrania en Jersón.

Rusia ha decidido aplazar la celebración de un referéndum de integración en la región ucraniana de Jersón, que limita con la anexionada península de Crimea, tras la contraofensiva lanzada por el Ejército ucraniano, que le ha permitido recuperar territorio ocupado por el enemigo.

"Queríamos organizar el referéndum lo antes posible, pero debido a los actuales sucesos, pienso que por ahora lo pospondremos", dijo a la televisión pública rusa Kiril Stremoúsov, subjefe de la administración prorrusa de Jersón.

El Kremlin, que reconoció en febrero pasado la independencia de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, también tiene intención de convocar un referendo en la vecina Zaporiyia, cuya anexión le permitirá tender el estratégico corredor terrestre desde el Donbás a Crimea.

Las autoridades ucranianas han amenazado a los habitantes de las zonas ocupadas por las tropas rusas con 12 años de cárcel si participan en plebiscitos convocados por los ocupantes.

El funcionario prorruso reconoció que la prioridad ahora era "alimentar a la población y garantizar su seguridad", aunque insistió en que Jersón, controlado parcialmente por tropas rusas, es un "territorio liberado".

"Jersón siempre será ruso"

"No tenemos miedo (...) Ya lo dijimos: Jersón siempre será ruso. La gente está dispuesta a acudir a votar en el referéndum para convertirse en sujeto de pleno derecho de un país grande y unificado que nos puede defender", dijo.

Desde hace semanas se especulaba con hacer coincidir dichos plebiscitos con las elecciones municipales y regionales rusas del 11 de septiembre, en las que la oposición a la campaña militar tendrá una participación residual.

Según la prensa, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha dado ya el visto bueno al lema "Un solo pueblo", ya que mantiene que los habitantes del este y sur de Ucrania "son rusos".

Con el apoyo del partido del Kremlin, Rusia Unida, Moscú creó el movimiento popular "Juntos con Rusia" en el sur de Ucrania con el fin de fomentar entre la población local el apoyo al ingreso en la Federación Rusa.

Se intentó introducir el rublo como moneda para el comercio y el pago de salarios y pensiones, y prohibir la grivna ucraniana, a lo que hay que sumar la apertura del curso escolar en colegios de Jersón, Zaporiyia e incluso Járkov, en el norte.

Prohibido los canales de televisión ucranianos

También han prohibido los canales de televisión ucranianos, introducido la telefonía móvil rusa y creado departamentos locales del Ministerio del Interior de Rusia.

Según fuentes ucranianas, Rusia intenta obligar a los habitantes del sur a adquirir la ciudadanía rusa para poder trabajar, en algunos casos previo pago de 10.000 rublos (unos 165 dólares), pero tiene problemas para elaborar un censo de población que le permita celebrar una "legítima" consulta popular.

La prensa ucraniana no dudó en vincular este lunes el aplazamiento del referéndum separatista con su contraofensiva iniciada hace una semana.

"No contaré los detalles, pero las banderas ucranianas están volviendo a los lugares donde deben estar por derecho", aseguró el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, tras una reunión del Estado Mayor.

Anoche, en su alocución diaria, precisó que el 42º Batallón de Infantería Motorizada de las Fuerzas Armadas de Ucrania había "liberado dos localidades en el sur de nuestro país gracias a sus acciones heroicas".

Las palabras de Zelenski se produjeron después de que los medios ucranianos publicaran una fotografía de soldados izando la bandera de su país en los tejados de un hospital de Vysokopillya, una localidad situada a unos 160 kilómetros al noreste de la ocupada capital regional de Jersón. "Liberaremos todas nuestras tierras, a toda nuestra gente", enfatizó.

Negociaciones

Zelenski ha advertido en varias ocasiones que si Rusia organiza algún "pseudoreferéndum" en los territorios ocupados, Kiev renunciará definitivamente a posibles negociaciones con Moscú.

En las últimas semanas las tropas ucranianas han logrado cortar las cadenas de suministro del Ejército ruso en Jersón al bombardear arsenales, bases militares y puentes.

Además, según la prensa, Kiev ha asesinado a varios colaboradores y funcionarios leales a Moscú como es el caso de Alexéi Kovaliov, diputado del partido de Zelenski reconvertido en miembro de la administración prorrusa de Jersón.

Mientras, en la mayor central nuclear de Europa, en Zaporiyia, arrancó la misión permanente del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), cuyo director general, el argentino Rafael Grossi, inspeccionó sus instalaciones la pasada semana.

Las autoridades prorrusas confirmaron este lunes que dos inspectores de la agencia nuclear de la ONU -un español y un rumano, de acuerdo con la agencia oficial RIA Nóvosti- permanecerán en la planta para garantizar su seguridad.

Kiev exigió este martes al OIEA una auditoría de ingeniería nuclear en la planta y no solo tareas de inspección y vigilancia, al denunciar que las tropas rusas han desplegado en sus inmediaciones sistemas de misiles MLRS.

Ucrania no tiene datos claros y fiables sobre si "todo está normal en la instalación en cuanto a circuitos de seguridad, refrigeración del reactor y personal", señaló Mykhailo Podolyak, asesor presidencial.

"No vimos nada de eso en el informe" inicial que redactó el OIEA tras llegar a la planta, lamentó.

Zelenski ya criticó al OIEA por no exigir la desmilitarización del recinto -tomado por las fuerzas rusas- y el control total de la central por parte de los operadores ucranianos, la única posibilidad de evitar una catástrofe nuclear.

Mientras, Rusia, que valoró "muy positivamente" la misión internacional, denunció este lunes un nuevo ataque con drones por parte de las fuerzas ucranianas contra las inmediaciones de la planta.

06/09/2022