Rusia acusó hoy a los países de la OTAN de tener "sangre de civiles en sus manos", después de que artillería de largo alcance presuntamente facilitada a Ucrania por los países de la Alianza haya sido usada para intensificar los ataques en la región oriental de Donetsk.
El embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, aseguró en declaraciones a los periodistas que los ataques ucranianos en esa zona del este del país han matado en los últimos días a seis civiles, incluido un niño, y han dejado más de treinta heridos.
"El reciente bombardeo de Donetsk es otro horrible crimen de guerra cometido por el régimen de Kiev", subrayó Nebenzia, quien insistió en que los proyectiles no buscaban alcanzar objetivos militares sino una "venganza a sangre fría" contra la población de esa zona.
El diplomático, además, consideró que las potencias occidentales "son igualmente responsables por estos horribles crímenes", pues "las pruebas materiales" muestran que estas personas en Donetsk fueron alcanzadas por armamento facilitado por países de la OTAN.
Según Nebenzia, la artillería de largo alcance suministrada a Ucrania por Estados Unidos permite a las fuerzas de Kiev atacar zonas más allá del frente, en las que no hay objetivos militares, y "matar a personas inocentes".
"Quiero decir a los países occidentales que están suministrando armas a Ucrania que tienen la sangre de civiles en sus manos y que la tragedia en Donetsk confirma una vez más que están luchando una guerra indirecta contra Rusia a través de los ucranianos", señaló.
El embajador ruso apuntó que entre los objetivos que han sido golpeados por bombardeos ucranianos en los últimos días figura un hospital materno de Donetsk, en el que no hubo víctimas.
Las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, que conforman el Donbás ucraniano, se han convertido en el principal foco del conflicto en el país y donde actualmente se concentran el grueso de los combates.