La botica de la expedición de Magallanes y Elcano es el nombre de la exposición que recrea la botica de la primera vuelta al mundo. En la exposición abierta al público hasta el 15 de marzo, se puede conocer cuáles fueron los medicamentos que llevaron para recorrer los 70.000km rumbo a lo desconocido.
En Gipuzkoako Kale Nagusia de Onda Vasca nos ha hablado de ello Cecilio Venegas, presidente del COF de Badajoz y académico. Venegas nos ha explicado que hasta el siglo XIX no se conocía prácticamente el origen de las enfermedades ni tampoco qué podía curar o sanar, por ello "la medicina de entonces mezclaba los mínimos conocimientos médicos con las creencias religiosas y conocimiento mágico".
En aquel entonces, explicaba Venegas, se desconocía cómo se transmitían los virus, y aún así el boticario que hizo el inventario para la expedición lo hizo con muy buena intención, su nombre era Juan Bernal y, si bien su trabajo no sirvió de mucho, respondía a los conocimientos y terapias de la época, una terapia que había evolucionado poco desde la época de los romanos.
"Portaron un total de 60 remedios de botica en la expedición, todos ellos remedios minerales, animales y vegetales". Entre ellos estaba el opio, dentro de la formulación conocida como la triaca magna, "por aquel entonces creían que si se le añadía a la fórmula perlas molidas, esmeraldas se aumentaba la calidad terapéutica al añadirle valor". Pero ese no es el único ejemplo de lucha contra las enfermedades, el farmacéutico nos ha hablado del la atutía, el medicamento que da nombre a la célebre frase "no hay tutía" y que era un compuesto de óxido de zinc que servía para curar las infecciones en los ojos.
En la medicina más ligada a las creencias está un ungüento llamado apostolorum confortativo para aliviar dolores de huesos o incluso fracturas estaba conformado por 12 remedios como 12 apóstoles y que se utilizaba para la inflamación de los ganglios en la tuberculosis, además, había unos polvos conocidos como 'perlas machacadas', que se utilizaban para fortalecer corazón, cabeza y estómago, además se creía que los productos con perla "prolongaba la vida ya que la almeja y el mejillón necesitaban tiempo para hacer la piedra capa a capa".
Otro de los tratamiento que solían llevar a cabo consistía en equilibrar los humores, basándose en la teoría de que estamos conformados por cuatro líquidos o humores: la sangre, la flema, la bilis amarilla y la bilis negra, por ello. para eliminar lo malo del cuerpo hacían uso de laxantes, vomitivos o cortes para extraer sangre del organismo.
La exposición permanecerá abierta al público en Donostia hasta el viernes, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas, 15 de marzo tras su paso por ciudades como Badajoz, Sevilla, Cáceres, Murcia, Ceuta, Coimbra, Oporto y Panamá.