Los electrodomésticos sirven para hacernos la vida más fácil y se han convertido en piezas indispensables en el hogar. Uno de estos es la lavadora y a estas alturas ya no seríamos capaces de vivir sin ella, tanto por su eficacia al lavar la ropa, como por el tiempo y el trabajo que nos ahorra en esa ardua tarea.
Sin embargo, a menudo utilizamos estos aparatos de forma automática y no los conocemos tan bien como pensamos. La lavadora en concreto guarda un misterio en el que tal vez nunca hayas reparado y que se encuentra en su cajetín.
Este cuenta con tres compartimentos bien diferenciados: dos de ellos te resultarán muy familiares, uno para el detergente del lavado principal y el otro para el suavizante, mientras que el tercero es el gran desconocido y el menos utilizado por la mayoría de los usuarios.
Pues bien, ¿sabes para qué sirve este tercer compartimento? La respuesta es sencilla, ya que se trata del canal destinado al ciclo del prelavado. Lo cierto es que emplearlo correctamente puede aportar muchos beneficios tanto a la ropa como a la propia lavadora, ya que mejorará la eficacia del lavado y permitirá ahorrar tiempo y energía.
De izquierda a derecha, el primer compartimento del cajetín está marcado con un dos en números romanos (II) y en él colocaremos el detergente del lavado principal; el siguiente tiene el símbolo de una flor y es el destinado al suavizante. El tercero y último, y el menos conocido, está marcado con el símbolo I y es el del prelavado.
Cuándo usar el prelavado
Lo cierto es que no todo lavado va a necesitar un prelavado. Deberás seleccionar este ciclo en la lavadora cuando te enfrentes a ropa muy sucia, como la utilizada para determinados trabajos o para hacer deporte, o para aquellas prendas con manchas rebeldes de grasa o de sudor.
Su uso te ayudará a hacer un tratamiento extra de la suciedad, aflojando las manchas más resistentes y haciendo que el lavado principal resulte más efectivo. Además, con el prelavado, la ropa quedará más limpia sin necesidad de utilizar altas temperaturas o ciclos largos.
Los expertos recomiendan verter en este compartimento I un 20% de todo el detergente que se vaya a emplear para el lavado. Es importante no pasarse con la cantidad de jabón, ya que el exceso dejará la ropa apelmazada, áspera y con restos de jabón.
Si la colada es de ropa blanca y en el prelavado usas lejía, evitarás además que se acumulen bacterias y malos olores en el aparato, ya que este producto va a desinfectar tanto la ropa como el tambor de la lavadora. Debes tener cuidado de no utilizarla pura ni ponerla en contacto directo con los tejidos, ya que es muy agresiva y podría estropearlos. Al utilizarla en el prelavado, la lavadora la dispensará ya diluida en agua para un correcto lavado.
Mantenimiento de la lavadora
Para garantizar un lavado eficaz, también es importante un correcto mantenimiento y limpieza de la lavadora. Con el uso, el detergente se deposita en el aparato y forma costras, sobre todo si utilizamos demasiada cantidad. El agua favorece la formación de moho y de bacterias sobre todo en las juntas del electrodoméstico, con el peligro que esto supone de que la ropa se manche y desprenda mal olor. Por ello, conviene de vez en cuando desmontar el cajetín y limpiarlo con una esponja empapada en agua y bicarbonato. Después lo secaremos bien y por último volveremos a colocarlo en la lavadora.
El tiempo estimado del prelavado dependerá de las marcas y de los fabricantes de los electrodomésticos, pero la media oscila entre los 15 y los 30 minutos, un tiempo que hay que añadir al lavado, pero que sin duda establecerá la diferencia en tu colada si tu ropa está muy sucia.