A la sombra de los plataneros, la plaza de Etxarri Aranatz fue ayer lugar de encuentro de diferentes culturas en un ambiente festivo. Último día de fiestas, ayer se estrenó en este pueblo Munduko arrozak, una veterana actividad del servicio Anitzartean de la Mancomunidad de Sakana con el arroz, el alimento más universal, como excusa para interactuar. Lo cierto es que solo prepararon arroz los de casa. Con pollo lo guisó César Bergera, de Etxarri Aranatz; con chipirones en su tinta Sakana Harrera Harana y con verduras Lizarra Ciudad de acogida, que se encargó de la comida que reunió a todas las personas que ayer participaron en la elaboración de los platos, en torno a medio centenar en ocho grupos. Procedían de Ucrania, Ecuador, Nigeria, Rumanía y Colombia además de los tres navarros ya citados.
Fue una manera diferente de pasar la mañana que gustó, con movimiento en la plaza desde las 10.00 horas, cuando se pusieron en la tarea para que se pudieran degustar sus platos hacia las 13.30 horas. Se repartieron más de 300 recipientes para ir probando en las mesas. Así, un grupo de Colombia que vive en Altsasu preparó empanadillas de carne desmechada y patatas, que se podía acompañar de guacamole y ají, una salsa picante que se utiliza para acompañar todo tipo de alimentos. Mientras, un grupo de ucranianos del albergue Santo Cristo de Otadia, preparó borsch, una sabrosa sopa con remolacha, pimientos verdes, tomate, carne, patatas que se sirvió con crema agria.
Alfonso Apolo, que lleva 22 años viviendo en Etxarri Aranatz, cocinó para sus vecinos carne de cerdo con patacones de plátano y cuya cocida. “En Etxarri se vive muy bien, tranquilo”, aseguró.
Bego Cestau, técnica de Anitzartean, se mostraba encantada con el debut en las fiestas de Etxarri, sobre todo en cuanto a participación se refería, tanto de grupos como de etxarriarras que se acercaron a la plaza . Objetivo cumplido. Y es que se buscaba visibilizar la diversidad que hay en Sakana así como propiciar el encuentro en el espacio público de personas de diferente procedencia para ir más allá de la diferencia y centrarse en los beneficios y oportunidades de la diversidad, según destacó.
Asimismo, hubo un txoko de sensibilización donde se repartieron abanicos para alejar los rumores y un decálogo para la convivencia entre las personas, con independencia de su origen, religión o cultura. Por otro lado, en la plaza se pudo disfrutar de juegos universales.
Así, con sabores del mundo, transcurrió la mañana del último día de fiestas de Etxarri Aranatz, seis días de celebraciones que despedían con pena. No en vano, vecinos y vecinas destacaban el ambiente de este año. “Muy bien, mejor que hacía muchos años”, apuntaba Manoli Goñi, opinión que era compartida por Ascen Mendiola y Eufe Razquin.