El director de La casa de las flores, el mexicano Manolo Caro, vuelve a poner el foco en las crisis familiares en su nueva serie, Sagrada familia, una historia “inquietante y retorcida” donde nada es lo que parece y que muestra de lo que es capaz una madre por proteger a sus hijos.
“La idea surge de observar y ver a tantas madres que están a mi alrededor, a mis hermanas volcadas en la familia, que es casi como una profesión”, afirma Caro con motivo del estreno de la serie, hoy, en Netflix. Con un reparto encabezado por Najwa Nimri (La casa de papel, Vis a Vis, El árbol de la sangre) y Carla Campra (Feria: la luz más oscura, Señoras del (h)Ampa), Caro admite que las historias de mujeres le inspiran más. “Sus personajes son más ricos, más complejos y a mi me gusta la complejidad”.
HUIR DEL PASADO
La mudanza de una nueva familia rompe la tranquilidad de Fuente del Berro, un barrio residencial donde vive Gloria (Nimri) junto a su bebé y Aitana (Campra), su au pair, escondiéndose de un misterioso y oscuro pasado.
“Mi personaje huye del pasado, no afronta la realidad y elige una identidad de cara al mundo, pero también de cara a sí misma, en realidad todos están viviendo una mentira, por un bien necesario”, apunta Nimri, que confiesa que lo que más le costó interpretar fueron las reuniones de madres en el parque. “Me ponía nerviosa estar con las chicas hablando de cosas de chicas en un tono medio simpático y que pareciera creíble, me ha resultado todo un reto y eso que ya conocía a las chicas y son fantásticas”, asegura.
La trama gira en torno a esas relaciones que se establecen entre cuatro vecinas de orígenes muy diversos, pero con un punto en común: todas ellas son madres. Su relación parece perfecta, hasta que el pasado de Gloria lo cambia todo. Es entonces cuando se descubre de lo que es capaz una madre para proteger a su familia, lo más sagrado que tiene.
“La serie habla de las madres coraje”, explica la actriz Macarena Gómez (La que se avecina, 30 monedas), “esas existieron, existen y seguirán existiendo siempre (...) ese ansia por proteger a tu familia y a tu hijo pase lo que pase”. “También existen mujeres como Blanca –añade en referencia a su personaje–, que busca la familia perfecta y el hijo perfecto, y tiene que asumir que no lo tiene y por eso miente a sus amigas y al resto”.
Para Alba Flores (La casa de papel, Vis a Vis, Maricón perdido), que interpreta a Caterina, la serie pone en evidencia algo que considera “importantísimo para la salud mental” y es que “la madre perfecta no existe y la absolutamente tóxica tampoco”. “Las personas no son absolutas, todo el mundo es capaz de tener un amor sano y un amor insano”, declara la actriz, que también resalta que “el amor, a veces se puede convertir en algo perverso” y en su nombre “se pueden cometer unos crímenes atroces o hacer daño a las personas que más quieres”.
El reparto principal de Sagrada familia cuenta también con Iván Pellicer (Paraíso, El club de los lectores criminales), Álex García (Antidisturbios, Inmortal), Álvaro Rico (Élite, Alba) y Ella Kweku (Now and then, La monja guerrera), y como secundarios Pol Hermoso (Merlí, Alba), Laura Laprida (Paraíso) y Fernando Andina (Al salir de clase, Sin tetas no hay paraíso, Amar es para siempre).
Con el estreno de hoy, la relación de Manolo Caro con Netflix se concreta ya en tres series, La casa de las flores, Alguien tiene que morir y Érase una vez ... pero ya no, además de la extensión de la primera al cine, La casa de las flores: la película.