El Teatro Arriaga acoge este fin de semana un nuevo estreno teatral. Se trata de la última propuesta del director bilbaino Richard Sahagún, quien en esta ocasión ha fijado su mirada en uno de los grandes clásicos de William Shakespeare como es King Lear (El rey Lear) para construir una libre adaptación, Lear, que llega ahora al escenario bilbaino.
Sahagún, bilbaino de 41 años, es reconocido por participar en series como El Secreto de Puente Viejo” así como por dirigir obras como la que protagonizó en el marco del vigésimo aniversario del Guggenheim, inspirada en el cuadro de Julian Schanabel, España, y en la novela rusa Memorias del subsuelo. De ahí cosechó Caballo/Dostoyevski, una representación en la que reflejó, desde la mirada de un niño de barrio, el problema de la heroína en Euskadi en la década de los ochenta del siglo XX.
En su última propuesta, el director acerca al siglo XXI este clásico escrito por Shakespeare entre 1605 y 1606, en el que el rey de Bretaña, Lear, reparte sus posesiones y territorios a sus tres hijas según el afecto que demuestren en palabras por esas tierras.
Concebida como una actualización del clásico de Shakespeare, en esta obra Sahagún sumerge al público en un mundo de ambición, poder, corrupción y violencia en el que solamente la fuerza del amor y la justicia pueden redimir a los personajes, tanto al propio Lear –interpretado por el actor Gonzalo Cunill– como al resto de personajes, dotados de vida por un elenco que mezcla a artistas locales como Paule Barcenilla, Kepa Alesso e Irati Herreros con intérpretes consagrados como el propio Cunill, Lidia Otón o Emilio Tomé y jóvenes promesas como Helena Lanza y Marc Domingo.
La colaboración del artista plástico Fernando Bayona en la puesta en escena es decisiva también para que la obra adquiera el carácter de “una experiencia estética, repleta de imágenes impactantes, oscuras, rupturistas y oníricas que reinventan el universo del autor inglés”, detallaban.
Lear hace penetrar al espectador en un universo de óxido y hierro dominado por las pasiones, el sexo, el caos y venganza, con la esencia del clásico impregnando la obra y al mismo tiempo con la imagen renovada que le confiere la particular interpretación de Richard Sahagún. Su visión escénica junto al universo creativo del artista visual Fernando Bayona –que ha generado una envolvente atmósfera post industrial y decadente– permiten acercar el clásico a los tiempos que corren.
Este impactante espacio estético sirve también como generador de reflexiones, asumiendo el mensaje de Shakespeare, todo un maestro al abordar los grandes temas universales, como algo contemporáneo que llega vigente a nuestro tiempo. Para ello, uno de los recursos utilizados por Sahagún y desarrollado por los intérpretes ha sido el de dinamizar los tránsitos que el autor propone para que la acción no decaiga, ofreciendo al espectador la ruptura con la clásica sucesión de escenas e invitándole a adentrarse en diferentes mundos.
El espectáculo lleva al público a reflexionar sobre el concepto de la familia, la moral, el abandono, la locura o el cuestionamiento del poder establecido. Sahagún explicó que la idea, que ha trabajado a lo largo de cuatro años, estaba “muy clara”, y que ha logrado plasmar su “obsesión en el planteamiento escénico” por aquellas imágenes que tenía ya dibujadas en la cabeza, de la mano del artista plástico Fernando Bayona, quien la ha dotado de una experiencia estética.