Salaberria se corona en el Cuatro y Medio de Promoción

La ecuación entre el saque y el resto es algo así como el Alfa y el Omega de los pleitos individuales. Sirven para erigir catedrales gloriosas, lugares extraordinarios para habitar el Nirvana. Alcanzó el éxtasis Iker Salaberria, nuevo campeón del Cuatro y Medio de Promoción tras despeñar a Julen Egiguren por 22-16 en la olla del Labrit, fogoso el frontón iruindarra, un jolgorio. En ese ecosistema, Salaberria abrió los brazos y gritó su dicha, su primera txapela profesional.

Bramó su gesta después de impulsarse en la pértiga del saque, que laceró a Egiguren V. El de Goizueta supo herir a vuelta de saque al azpeitiarra, que igualó la contienda hasta el meridiano, pero después se fue esfumando entre las cargas eléctricas de Salaberria, un delantero veloz, pizpireto, piernas de alto voltaje y certero remate.

SALABERRIA, ELÉCTRICO

Salaberria creció varios palmos una vez atravesado el Cabo de Hornos mientras que Egiguren V perdió pie en la final. Atosigado en la velocidad, tuvo que sucumbir ante el despliegue del goizuetarra, atrevido y agresivo.

Acampó en el centro de la cancha el navarro y manejó el joystick de la final con celeridad y certeza. Su respingo coincidió con la bajada de intensidad de Egiguren V, que no pudo con el claqué de Salaberria, siempre cargando a toque de corneta. Al ataque. Eso le elevó varios cuerpos sobre su rival, sin foco y más laminado el organismo después de un amanecer duro, donde las termitas del esfuerzo y la fatiga fueron horadando a ambos.

DURO COMIENZO

El apretado comienzo, con tantos de plomo y mucha tralla, dieron para el despegue inicial de Salaberria, que se situó con un 3-6 a favor. Le funcionaba el gancho y el saque. Sucedió que se estampó con un pasa del Cuatro y Medio. Se agarró Egiguren a la revolución. Sacó con determinación y colocación. Dio un paso adelante y revertió el marcador tras enlazar una tacada de siete tantos.

EL SAQUE, CLAVE

La final, que tiene mil detalles, estaba en el saque. Un error del azpeitiarra concedió aire a Salaberria. El de Goizueta afiló el disparo inicial y, desde ese punto, construyó un imperio. Sumó una decena de tantos de manera consecutiva. Desnotado, Egiguren V se desgañitaba en defensa hasta la afonía. Salaberria se sentía cómodo. Zarandeó al guipuzcoano de costa a costa con el gancho y acelerando en pared. Egiguren V buscaba cierto respiro colgando la pelota para darse algo de aliento y aire. Solo defendía.

TACADA DE SALABERRIA

Le estrujaba Salaberria, presionando en cada cuadrante del claustrofóbico acotado. Se fue al 10-16. Egiguren recortó tres tantos. Salaberria se resituó con un gancho estupendo que le asfaltó el camino. Se disparó al 13-20. A Egiguren solo le quedaba la épica, que suele ser el argumento de los desesperados.

EGIGUREN V TOMA RIESGOS

Inquietó al goizuetarra con tres tantos bailando sobre el riesgo. 16-20. Estaba sobre la cuerda floja Egiguren V que buscó una volea ganadora, a todo o nada. Fue nada. El todo para Iker Salaberria, que cerró la final con un saque antes de hacerse con la txapela del Cuatro y Medio de Promoción, la llave para abrir la puerta a la jaula de Primera en 2023. La exaltación de Salaberria.