El Cuatro y Medio es una modalidad criminal. De su ritmo y velocidad nace el error y la explosión. En la jaula se mecen volcanes y mariposas. El Cuatro y Medio requiere hambre y capacidad física para pensar y para aguantar. El Cuatro y Medio no tiene piedad y pide factura a sus deudas. Que se lo pregunten a Víctor Esteban.
Impenitente el acotado, Iker Salaberria ha derrotado este domingo en el frontón Adarraga de Logroño al ezcarayense, que regresaba al campo profesional de la mano de Aspe después de diez meses sin vestirse de blanco en la órbita de las empresas profesionales. Su trayectoria continuó en aficionados con notable éxito, a la espera de que volviera una oportunidad construida con sacrificio grupal en una huelga dura para todo el colectivo.
El delantero de Ezcaray ha caído en su vuelta en los octavos de final del Cuatro y Medio de San Fermín en una eliminatoria espídica, basada en dos manistas expertos a la hora de meter ritmo a los encuentros. Salaberria ha sacado tajada en el caos; Víctor, en cambio, se ha inmolado en los últimos compases, con el 20-19 en el luminoso: ha cometido una falta de saque y se ha pasado de frenada en el 21 iguales, poniendo a botar el cuero más allá de la frontera imaginaria situada en el cuatro y medio.
El Adarraga se ha abrochado a la amenaza estival entre vaharadas de calor. El magma ha transformado un partido acelerado en una cizalla física. Víctor ha acabado pagando el peaje de no haber competido en la élite profesional desde agosto de 2020 ante el prodigio técnico y la valentía de Salaberria. La jaula es un delirio. El goizuetarra ha tenido su ariete en el saque (metió seis al riojano) y no se ha venido abajo a pesar de cometer cuatro faltas, la última ha sido el 21 iguales.
Con todo, el ezcarayense ha dominado gran parte del partido con un leitmotiv claro: alargar el pelotazo a base de violencia y evitar las andanadas del goizuetarra. Así, ha manejado distancias importantes en tantos académicos en los que puso en valor el poder de su cortada. Así, Víctor se ha escapado 8-3 y 15-10. A partir de entonces, el riojano ha pasado un bache de confianza que ha supuesto el alimento de Salaberria, solvente y acertado.
Iker ha ido a remolque durante toda la eliminatoria y únicamente ha alcanzado alguna diferencia en el luminoso en el 20-21. Después, ha llegado la falta de saque. Y, con la iniciativa rival, Víctor se ha disparado al pie con un derechazo demasiado largo.
RIVAL DE ALTUNA III
Iker Salaberria jugará en cuartos de final –rama de Aspe– del Cuatro y Medio de San Fermín contra Jokin Altuna el 27 de junio en Donostia.